Se posiciona mejor frente a la soja

El maíz temprano se perfila como la apuesta fuerte de la campaña 2025/26

Con suelos excepcionalmente cargados de agua y un escenario climático neutro como el más probable, la siembra temprana aparece como una alternativa estratégica para capturar mejores rendimientos y precios diferenciales.

9 de Septiembre de 2025

 La campaña agrícola 2025/26 comienza con un escenario poco habitual: perfiles de suelo al 100% de su capacidad de almacenaje en vastas regiones del país, tras un invierno excepcionalmente húmedo. Según un informe de la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), esta condición, sumada a las proyecciones climáticas de un año neutro con buenas lluvias hasta diciembre, abre una ventana de oportunidades para el maíz temprano.

De acuerdo con simulaciones realizadas en localidades como Villa María, Río Cuarto y Oncativo, sembrar con perfiles recargados permitiría obtener 1.000 kilos adicionales por hectárea en comparación con suelos con baja disponibilidad de agua. Además, los rendimientos muestran menor dispersión, garantizando mayor estabilidad productiva.

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Ventajas frente a la soja

Incluso en un escenario de márgenes ajustados, el maíz se posiciona mejor frente a la soja. En la zona núcleo, por ejemplo, el margen neto proyectado es de 264,4 dólares por hectárea en maíz frente a 89,3 dólares en soja. En el norte de Córdoba, la brecha es aún mayor: 165,6 dólares frente a 15,8.

A este diferencial se suma la posibilidad de capturar precios más altos en la cosecha temprana: alrededor de 6 dólares por tonelada más respecto al maíz tardío, con un plus de entre 3% y 8% por comercializar en abril-julio.

Beneficios agronómicos y desafíos

Además de la mayor rentabilidad, el maíz temprano ofrece ventajas agronómicas:

Menor presión de plagas y enfermedades respecto de siembras tardías.

Reducción de los barbechos largos hasta diciembre.

Mejor integración en las rotaciones de cultivo.

El principal desafío será la mayor demanda inicial de fertilización, que requiere planificación financiera y técnica. Sin embargo, el balance productivo y económico compensa esa inversión.

Pese al protagonismo que cobra el temprano, el maíz tardío seguirá siendo clave en la estrategia agrícola, gracias a su flexibilidad, al aprovechamiento de lluvias estivales y a un manejo agronómico ampliamente consolidado.

Según Maizar, "la fuerte recarga hídrica abre una ventana para diversificar y ampliar la siembra temprana". Tres razones la vuelven especialmente atractiva:

Mayor estabilidad y seguridad productiva: perfiles cargados aseguran en promedio +1.000 kg/ha y menor riesgo.

Posibilidad de capturar mejores precios: el diferencial entre abril-julio es móvil; anticiparse permite mejor posicionamiento.

Más eficiencia agronómica: menor presión de plagas, menos días de cultivo expuesto y mejor integración en rotaciones.

"Se trata de una coyuntura poco frecuente que ningún productor debería pasar por alto", concluye el informe.