Alerta garrapata

La garrapata avanza en Entre Ríos: más de mil focos activos preocupan al sector ganadero

La garrapata bovina avanza desde el norte hacia el centro de Entre Ríos. Productores, Senasa y organismos sanitarios enfrentan un desafío multifactorial que amenaza la producción ganadera y requiere un control articulado.

17 de Septiembre de 2025

La garrapata bovina, uno de los principales enemigos sanitarios del rodeo, avanza en Argentina y plantea un desafío creciente para la producción ganadera. Lo que antes se concentraba en el norte del país ahora empieza a extenderse hacia provincias con menor presencia del parásito.

El ejemplo más claro es Corrientes, que durante años estuvo dividida en zonas de lucha y de erradicación. Hoy, todo su territorio se considera "sucio", lo que desplazó el límite hacia Entre Ríos, donde actualmente hay 1.066 focos activos de garrapata. El norte del país convive con altos niveles de infestación y ya hay casos registrados en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.

Martin Sieber, director de Producción Animal de la provincia de Entre Ríos, habló con Revista Chacra sobre la problemática que afecta hoy al sector ganadero. "Hoy en Entre Ríos hay 1.066 focos de garrapata", sostuvo Sieber y agregó que "el 95% de los focos que tenemos están en los cinco departamentos del norte de la provincia".

El funcionario explicó que Entre Ríos tiene "un plan provincial superador de garrapata con respecto al plan nacional y se está readecuando un plan nacional en este momento". "Es la única provincia que tiene puestos de vigilancia epidemiológica en remates, ferias, puestos camineros, donde se revisa el destino de la tropa y también en origen", sostuvo, y destacó que "en otras provincias directamente circulan con un formulario de despacho (FIDHA), o sea que se revisa solo en origen, pero no se revisa en destino, lo que trae aparejado muchos problemas porque el FIDHA no se corrobora o se hace de una manera errónea y nadie corrobora la llegada de los animales".

Sumado a esto, advirtió que "el problema que estamos viviendo es multifactorial, es una lucha que hay que darla entre todos, recae en la responsabilidad del productor, pero necesita una lucha articulada entre todos los productores porque de nada sirve que un productor limpie su campo si el vecino no lo hace" y explicó que el problema es multifactorial porque está dado por la resistencia del parásito a los medicamentos. "No hay prácticamente ningún fármaco que la mate o es bastante resistente a casi todos; la única manera de saber a qué droga es efectiva es haciendo un bioensayo".

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Sieber agregó que también influye la falta de estructura en los campos. "Alambrados que están en mal estado lo que hace que los animales se pasan al del vecino, falta de arraigo en el campo por lo cual es imposible juntar la totalidad de la hacienda, falta de realización de tratamiento en tiempo y forma". Asimismo, explicó que la flexibilización en los movimientos de hacienda durante los incendios y la sequía en Corrientes entre 2021 y 2022 permitió que los animales se trasladaran sin despacho, lo que provocó la infección de varios campos, sumado a la falta de responsabilidad de algunos productores y los cambios en la comercialización de la hacienda.

Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER), Nicasio Tito, señaló que "la situación de la garrapata de Entre Ríos es complicada en el norte de la provincia" y detalló que "los departamentos de Federación, Federal, Feliciano y La Paz, son los más complicados porque están en el límite con Corrientes".

Tito advirtió que en Corrientes muchos sectores han abandonado la lucha contra la garrapata, lo que genera preocupación por su avance desde el norte hacia el centro de Entre Ríos. Destacó que los principales responsables de enfrentar esta problemática son los productores, el Senasa y los organismos sanitarios, incluyendo a las fundaciones presentes en cada provincia. Señaló que el trabajo conjunto a nivel regional e incluso nacional es fundamental para enfrentar la garrapata, un flagelo que provoca pérdidas significativas para los productores y enfermedades que pueden causar la muerte del ganado.

"No podemos permitir que esto avance, como productores ganaderos y en trabajo consciente entre la provincia y la nación, a través del Senasa, porque las pérdidas son millonarias", alertó Tito, quien advirtió que ya hay garrapata en zonas de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. "Si no tomamos las medidas urgentes, en menos de cinco años, vamos a tener la garrapata en el obelisco", sostuvo.

Según Tito, el Senasa ha perdido en los últimos años el rol que le correspondía, lo que ha llevado a que las fundaciones intenten cubrir esa ausencia. En ese sentido, reafirmó que es fundamental un trabajo conjunto entre el sector público y privado, involucrando a productores, entes sanitarios y el gobierno provincial, para abordar de manera efectiva la problemática de la garrapata. "No podemos tomarnos esa licencia de no combatir entre todos a la garrapata en este contexto internacional y nacional de los valores de la hacienda, con una perspectiva en el próximo lustro de que la ganadería va a ser lo que fue la soja entre el 2003 y el 2008", finalizó.

Pérdidas millonarias y presión sobre los pequeños productores

El impacto económico es abismal. La garrapata no solo afecta al animal por la pérdida de sangre y peso, sino que también transmite parásitos que generan enfermedades graves. A ello se suman los altos costos en acaricidas y tratamientos sanitarios. Según especialistas, cuanto más al norte se ubican los rodeos, más cara se vuelve la producción por la necesidad de controles permanentes. A diferencia de la Pampa Húmeda, donde un productor puede manejar rodeos de cinco o diez mil cabezas, en el norte predominan explotaciones más chicas. La carga de gastos adicionales en sanidad, sumada a la pérdida productiva, hace que muchos establecimientos queden en situación de desventaja y vean reducida su rentabilidad.

Brasil y Paraguay

La garrapata del ganado se ha consolidado como una de las principales amenazas sanitarias y productivas para la ganadería de Paraguay y Brasil. La expansión de este parásito, su resistencia creciente a los acaricidas y su papel como vector de enfermedades en animales y humanos generan alarma en el sector productivo y en las autoridades sanitarias.

En Paraguay, el problema alcanza al 90% del territorio ganadero. La infestación masiva reduce el rendimiento de los rodeos, ya que los animales parasitados sufren pérdida de peso, menor productividad y, en casos graves, muerte. Especialistas señalan que una correcta limpieza y manejo sanitario pueden mejorar la ganancia diaria de peso hasta en 300 gramos por animal, lo que demuestra el impacto económico directo que tiene el control del parásito.

En Brasil, la situación es similar. La garrapata bovina provoca millonarias pérdidas en la producción de carne y leche. Las autoridades sanitarias de ambos países coinciden en que el control requiere un enfoque coordinado. En Paraguay se implementan programas diferenciados por zonas -"limpias" y "con garrapata"- para monitorear los movimientos de animales y evitar la propagación. En Brasil, la investigación se concentra en el desarrollo de nuevas herramientas de control, incluidas vacunas, además de campañas de concienciación sobre la prevención de enfermedades transmitidas por garrapatas.