Sensores, datos y drones: el nuevo ADN del almacenamiento de granos

Preservar la calidad del grano durante el almacenamiento es un desafío que combina ciencia, tecnología y gestión. En ese proceso, el monitoreo se ha convertido en un punto crítico, ya que permite detectar a tiempo cualquier alteración en la mercadería y tomar decisiones que eviten pérdidas de valor. Así lo destacan los especialistas del INTA Balcarce, quienes presentarán los avances más recientes en la materia durante el Segundo Congreso Internacional de Silobolsa, que se realizará del 15 al 17 de octubre en esa localidad bonaerense.

"Dentro del sistema de almacenamiento, el monitoreo no es una fase más, es una etapa esencial -explicó Leandro Cardoso, especialista en poscosecha del INTA Balcarce-. En un silobolsa, que puede tener entre 60 y 100 metros de largo, siempre hay variabilidad en la condición del grano, y un buen sistema debe poder capturar esa diferencia tanto en el espacio como en el tiempo".

Qué se debe monitorear

El control de un silobolsa se apoya en dos pilares fundamentales: la integridad física de la bolsa y la condición de la mercadería. "Cuando hablamos de hermeticidad -detalló Cardoso-, el control debe comenzar desde el momento del embolsado. Una falla, por mínima que sea, puede permitir el ingreso de agua o aire y deteriorar la calidad del producto. Por eso es clave detectar y corregir esas fallas de manera inmediata".

Para fortalecer ese control, el INTA trabaja en un sistema automático de monitoreo, que reemplaza la tradicional inspección visual por una supervisión precisa, continua y remota. Este desarrollo busca aportar información más confiable para los productores y operadores, mejorando la toma de decisiones.

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De los caladores a los sensores inteligentes

Durante los últimos 30 años, el sistema de almacenamiento en silobolsa evolucionó significativamente. "Pasamos del uso de caladores manuales a sistemas capaces de medir dióxido de carbono, temperatura y humedad dentro de la bolsa", explicó Cardoso.

Hoy existen equipos portátiles, accesibles y con gran robustez técnica, que permiten a los usuarios controlar sus silos en el campo. Pero también han surgido sistemas más sofisticados, como lanzas con sensores múltiples capaces de registrar parámetros críticos e incluso detectar movimientos externos, útiles para prevenir robos o vandalismo.

Estos dispositivos recolectan datos y los transmiten de manera remota, una ventaja clave para quienes no pueden visitar sus silos con frecuencia.

Lo que viene: sensores integrados y drones autónomos

Durante el Congreso, el INTA y empresas asociadas presentarán dos innovaciones que prometen revolucionar el monitoreo de granos a partir de 2026. Por un lado, bolsas con sensores integrados al polietileno, que permitirán conocer en tiempo real el estado del grano sin necesidad de instalar equipos adicionales. Por otro, sistemas de monitoreo con drones especializados, capaces de medir dióxido de carbono y otras variables críticas de manera autónoma, incluso verificando el estado físico de las bolsas desde el aire.

Un encuentro para mirar al futuro

El Segundo Congreso Internacional de Silobolsa, organizado por el INTA y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata, reunirá a investigadores, técnicos y empresas de distintos países. El objetivo será fomentar la cooperación internacional, compartir experiencias y debatir sobre las buenas prácticas de manejo, innovación y eficiencia en el almacenamiento de granos, una tecnología que ya se ha convertido en un sello distintivo del agro argentino.

"El futuro del almacenamiento pasa por la información en tiempo real", concluyó Cardoso. "Monitorear es cuidar lo que el productor tanto esfuerzo pone en producir: la calidad de su grano".