Informe

Coninagro advierte señales de enfriamiento en varias cadenas productivas pese al repunte de algunos sectores

Si bien varios sectores sostienen variaciones positivas, el encarecimiento del crédito y la desaceleración de algunas ramas industriales comienzan a mostrar señales de agotamiento.

17 de Octubre de 2025

La Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) difundió una nueva edición de su informe El Pulso del Agro, donde destaca que la actividad productiva agropecuaria se mantiene estable respecto al relevamiento previo, aunque con claros signos de desaceleración. De los 19 indicadores monitoreados, 9 permanecen en terreno negativo, y el panorama futuro podría mostrar un deterioro si persiste el encarecimiento del financiamiento.

Durante agosto, las tasas de interés se incrementaron con fuerza, elevando los costos de producción y limitando las posibilidades de inversión. En ese contexto, la producción de alimentos y bebidas, la de maquinaria agrícola, el biodiésel, la molienda de trigo, la carne aviar, las ventas de frutas y verduras y la producción esperada de soja mantienen variaciones negativas.

En comparación con julio, agosto presentó un desempeño más débil: mientras en el mes anterior solo cuatro variables mostraban caídas, ahora son once. Los retrocesos más marcados se observaron en biodiésel y maquinaria agrícola, con bajas de dos dígitos, mientras que la producción de maíz y bioetanol fueron los principales motores del crecimiento.

El relevamiento incorpora también las primeras proyecciones de la campaña 2025/26 de la Bolsa de Cereales, con una tendencia clara: menos soja y más maíz. El área de soja se reduciría 7% interanual, recortando la producción a 48,5 millones de toneladas, mientras que el maíz alcanzaría un récord de 9,7 millones de hectáreas sembradas y una producción potencial de 58 millones de toneladas, un 17% más que el ciclo previo.

En el sector primario, el trigo continúa firme con 6,9 millones de hectáreas y una cosecha estimada en 22 millones de toneladas, uno de los mejores registros de los últimos 25 años. En tanto, la producción de yerba mate encadena 17 meses de crecimiento, aunque ya muestra cierta fatiga por la elevada base comparativa.

Por su parte, la lechería alcanzó un máximo histórico en agosto, con más de 1.090 millones de litros producidos, un 18% más que en 2024, consolidando una tendencia ascendente.

En el ámbito agroindustrial, las carnes mostraron un comportamiento mixto: mientras la bovina retrocedió 20 mil toneladas frente a julio, la porcina creció 2,5% interanual y la aviar volvió a caer. En paralelo, la producción de aceites repuntó 24% interanual, destacándose Santa Fe como principal polo industrial, y el bioetanol alcanzó su mayor volumen en más de dos años.

La producción de maquinaria agrícola, en cambio, se desplomó 12% interanual y 14% mensual, marcando su nivel más bajo en seis meses. También la molienda de trigo y la elaboración de alimentos y bebidas mostraron caídas, confirmando el freno en la actividad manufacturera del agro.

En el plano comercial, las exportaciones agroindustriales crecieron con fuerza, alcanzando US$ 4.800 millones en agosto, US$ 929 millones más que un año atrás. Se espera que septiembre consolide este desempeño, impulsado por la eliminación transitoria de los derechos de exportación.

En tanto, las importaciones de fertilizantes crecieron 20% interanual, acompañando la ampliación del área de siembra de maíz, aunque cayeron frente a julio por factores estacionales.

En síntesis, el informe de Coninagro muestra un sector que aún conserva dinamismo en algunos rubros, pero que empieza a evidenciar el impacto del contexto financiero y macroeconómico. La próxima medición será clave para determinar si el agro argentino puede sostener su nivel de actividad en un escenario de tasas altas y márgenes ajustados.