potencia productiva

El INTA comprobó que la fertilización estratégica mejora 16% la producción de mijo perenne

Un estudio del INTA demostró que la combinación de nitrógeno y fósforo potencia la productividad y calidad del Panicum coloratum L., una forrajera clave para la ganadería en regiones semiáridas.

7 de Noviembre de 2025

La aplicación de estrategias de fertilización adecuadas puede marcar la diferencia en la producción forrajera. Así lo confirmaron investigadores del INTA Guatraché y del grupo de Suelos de la Estación Experimental de Anguil, quienes lograron mejorar en un 16% la producción de mijo perenne (Panicum coloratum L.) mediante el uso combinado de nitrógeno y fósforo, además de un incremento del 10% en la eficiencia del uso del agua.

El Panicum coloratum L. es una especie de clima cálido reconocida por su alta productividad y resistencia a la sequía. Se utiliza principalmente para pastoreo y corte, y su capacidad de adaptación a diferentes tipos de suelos, junto con su persistencia frente al estrés hídrico, lo convierte en una alternativa estratégica para los sistemas ganaderos del sudeste pampeano y las regiones semiáridas.

"El mijo perenne ha demostrado ser una especie muy eficiente para las condiciones del sudeste pampeano, especialmente en suelos con baja disponibilidad de nutrientes", explicó Susana Paredes, investigadora del INTA. Además, destacó su alta capacidad para captar radiación solar y resistir condiciones extremas, como heladas de hasta -18 °C en el cultivar Klein Verde.

El ensayo se realizó sobre un suelo franco-arenoso con una pastura implantada en 2014. Se probaron distintas dosis de fertilización: 40 y 80 kilogramos de nitrógeno por hectárea por año, con y sin la incorporación de fósforo, además de un tratamiento testigo sin fertilizar. Los mejores resultados se obtuvieron con la dosis de 40 kilogramos de nitrógeno, que permitió incrementar la producción en hasta 900 kilos por hectárea, y cuando se combinó con fósforo, los rendimientos aumentaron hasta 2000 kilos por hectárea.

Durante el primer año del ensayo -marcado por lluvias por debajo del promedio histórico-, los rendimientos promediaron 3667 kilos de materia seca por hectárea, con un máximo de 4500 kilos. En el segundo año, con mejores condiciones climáticas, la producción osciló entre 4900 y 7900 kilos de materia seca por hectárea.

Por su parte, Daiana Huespe, integrante del equipo técnico, señaló que los tratamientos con nitrógeno mejoraron significativamente la calidad del forraje, con contenidos de proteína bruta del 7,6 al 8,7% en verde y del 3 al 4% en diferido, además de una digestibilidad del 57% y 53%, respectivamente.

Los técnicos también destacaron que el mijo perenne permitió obtener entre 600 y 700 raciones por hectárea durante ambos años, y que la fertilización aportó entre 100 y 200 raciones adicionales, reforzando su potencial como recurso forrajero estratégico para la ganadería regional.

"Los resultados confirman que la fertilización combinada con nitrógeno y fósforo constituye una alternativa agronómica eficiente para potenciar la productividad y calidad del mijo perenne, posicionándolo como una opción valiosa para los sistemas ganaderos del sudeste pampeano, especialmente en ambientes con limitaciones hídricas y baja fertilidad", concluyó Paredes.

Los avances y conclusiones de este trabajo serán presentados durante la jornada a campo que se realizará el 11 de noviembre en Jacinto Arauz, donde se abordarán distintas prácticas para mejorar la eficiencia productiva y la sustentabilidad de los sistemas ganaderos regionales.