El acuerdo con EE.UU. entusiasma, pero la industria enfrenta un escenario crítico
El entendimiento con Estados Unidos abre una oportunidad histórica, pero puertas adentro la faena, los costos y la competencia desleal ponen en jaque a gran parte de la industria.
El reciente acuerdo comercial entre el presidente Javier Milei y su par estadounidense, Donald Trump, abrió expectativas alentadoras para ampliar el intercambio de carne bovina entre ambos países. Para Urcía, Presidente de FIFRA y Vicepresidente de la UIA, es una manera de "consolidar la demanda y dar certeza de precios futuros para que haya más inversiones en ganadería ".
La clave del mercado norteamericano radica en que permite exportar todo tipo de cortes sin hueso y reconoce al SENASA como autoridad de aplicación para habilitar plantas. Esto contrasta con China, donde las auditorías propias pueden demorar, en algunos casos, más de cinco años.
Argentina cuenta con una cuota de 20.000 toneladas acordada en los años 90, distribuida bajo el criterio de Past Performance, el mismo que se utiliza para el cupo Hilton. Según Urcía, "dicho criterio favorece principalmente a las empresas grandes y dificulta el crecimiento de las nuevas empresas para consolidarse en el mercado ". En un eventual aumento del cupo, considera que sería adecuado revisar la posición de las plantas de ciclo completo para fortalecer su acceso a esos mercados.
Pero mientras las noticias internacionales son positivas, puertas adentro la situación se complica. Los precios de la hacienda se ubican en niveles históricamente altos, estimulando la producción, pero presionando a la industria frigorífica tanto exportadora como de consumo. Urcía advierte que "ya se hablan de quebrantos en el cumplimiento de contratos en ejecución y si esa situación persiste en el tiempo será insostenible comercialmente. "
Faena fragmentada y plantas con bajo nivel operativo
Entre enero y octubre se reportaron ante la Dirección de Control Comercial Agropecuario 359 establecimientos que sumaron casi 11,4 millones de bovinos faenados. De ellos, 202 plantas faenaron en promedio menos de 1.500 cabezas mensuales, el 56% del total, un nivel que vuelve muy difícil cumplir con estándares sanitarios, fiscales y operativos.
La denuncia por faena ilegal expone un problema estructural
La reciente denuncia del senador Paoltroni expuso la situación en Formosa, donde funcionan 7 establecimientos y solo uno supera el promedio mensual de 1.500 cabezas. En diez meses, la provincia faenó 50.869 bovinos. Chaco cuenta con 30 establecimientos, apenas dos por encima del umbral, y totalizó 193.356 animales. Entre ambas provincias representan solo el 2% de la faena nacional pero casi el 10% de los establecimientos, sin plantas exportadoras.
Este cuadro evidencia la fragilidad de buena parte de la infraestructura de faena. En un contexto de precios tensos y oferta restringida, la industria formal queda expuesta frente a la competencia desleal de operadores informales.
Competencia desleal
Este panorama evidencia la fragilidad de buena parte de la infraestructura de faena. En un contexto de precios tensos y oferta ajustada, la industria formal queda expuesta frente a la competencia desleal de operadores informales.
Para Urcía, "Es indispensable el control del Estado en tiempo y forma o desaparecerán los pequeños frigoríficos regionales que tiene su personal bajo convenio y cumplen con sus obligaciones tributarias y previsionales".