Calidad de Aplicación

Productividad por las nubes: triplican la cobertura de un dron solo con cambiar la configuración

En un ensayo técnico se realizó una evaluación detallada sobre la eficiencia operativa, la cobertura y la productividad real de un sistema de aplicación aérea mediante drones

26 de Noviembre de 2025

En un ensayo técnico desarrollado en Ayres del Sur, en la localidad de Daireaux, provincia de Buenos Aires, se realizó una evaluación exhaustiva sobre la eficiencia operativa, la cobertura y la productividad real de un sistema de aplicación aérea mediante drones. El trabajo, enmarcado en el Proyecto de la Fundación BENET y bajo la metodología del Programa APC, dejó en claro que la tecnología no alcanza por sí sola: el criterio técnico marca la diferencia.

Un ensayo que volvió a poner las cosas en su lugar

Aun con la presencia de tecnologías cada vez más sofisticadas, los resultados confirmaron que el conocimiento consolidado por la aviación agrícola continúa siendo determinante para garantizar aplicaciones aéreas de calidad, eficientes y seguras.

El día del ensayo, las condiciones meteorológicas fueron adversas para cualquier equipo: viento prácticamente nulo. Sin embargo, la calibración precisa de los atomizadores y el control del tamaño de gota permitieron mantener un ancho operativo real de 20 metros, con una cobertura uniforme y sin depender del aporte del viento. La estación meteorológica de GeoAgris aportó datos en tiempo real que aseguraron la trazabilidad del proceso, una condición indispensable para validar cualquier aplicación aérea profesional.

Los números que explican el salto

La comparación entre una configuración estándar y una optimizada fue categórica.

· Configuración habitual: 4,2 hectáreas por batería, 9 metros de ancho efectivo, 10 litros por hectárea.

· Configuración técnica optimizada: 11,6 hectáreas por batería, 20 metros reales de ancho, 5 litros por hectárea.

El resultado fue un incremento del 178% en la productividad total, es decir, casi el triple de superficie tratada por batería con la mitad del volumen aplicado. Una mejora que no provino de un cambio de equipo, sino del modo en que se lo configuró.

El salto no lo dio el dron

El avance no lo aportó el dron. Lo aportaron la configuración, el proceso y la forma de medir. El criterio aeronáutico -basado en décadas de experiencia sobre dinámica de gotas, patrones de aplicación y eficiencia operativa- continúa siendo la herramienta más valiosa incluso para las tecnologías emergentes.

Estos resultados ratifican la importancia de avanzar hacia una agricultura guiada por procesos medibles, criterios técnicos sólidos y articulación institucional. Son pilares que sostienen el Proyecto de la Fundación BENET, la metodología del Programa APC y el trabajo conjunto con FeArCA, con el objetivo de profesionalizar, estandarizar y elevar la calidad de las aplicaciones en todo el sistema productivo.

Una vez más, quedó demostrado que la diferencia no la hace el dron: la hace el conocimiento.