Clima post electoral

Qué esperar de las economías provinciales argentinas tras las elecciones de 2025

Un escenario macro más estable abre espacio para una recuperación moderada y desigual entre provincias, marcada por su estructura productiva y su dependencia fiscal.

28 de Noviembre de 2025

Tras los comicios presidenciales de octubre de 2025, el panorama económico nacional muestra una mayor estabilidad política, menor incertidumbre y un clima más favorable para la inversión y el crédito. La baja gradual de las tasas de interés y una incipiente recuperación del consumo y la producción conforman un escenario que comienza a ordenar expectativas para las provincias.

El proceso guarda semejanzas con la etapa posterior al Tequila en 1995, cuando, una vez confirmado el rumbo económico, ingresaron capitales externos, cayó el riesgo país y la actividad repuntó entre 1996 y 1997. En aquel período, los sectores más dinámicos fueron los intensivos en capital -minería, energía y servicios financieros-, que crecieron por encima del promedio nacional. En contraste, la industria, el comercio y la construcción, más ligados al mercado interno, tuvieron una recuperación más lenta tras haber sufrido caídas pronunciadas durante la crisis.

Hoy podrían darse patrones similares, aunque con diferencias clave. El tipo de cambio real se encuentra en niveles más altos que en los años noventa, lo que fortalece la competitividad exportadora. En cambio, la inflación todavía no logró consolidarse en niveles bajos y estables, lo que introduce límites a la previsibilidad macroeconómica.

La comparación histórica sirve como referencia para analizar la situación provincial. Aunque la información de Producto Bruto Geográfico posterior al Tequila es limitada, se sabe que la mayoría de las jurisdicciones registró caídas en 1995, con excepciones vinculadas a petróleo (Neuquén y Chubut) y minería (Catamarca), sectores que amortiguaron el impacto.

Tres grupos de provincias hacia 2026

Considerando el nuevo contexto nacional y las diferencias estructurales entre las economías locales, se delinean tres trayectorias posibles para 2026:

Las provincias con base productiva diversificada tenderían a acompañar la mejora nacional con un crecimiento moderado y sostenido.
Aquellas con alta dependencia fiscal avanzarían a un ritmo más lento, afectadas por la reducción de transferencias discrecionales, aunque con un alivio parcial por la mayor recaudación coparticipable.
Las provincias con sectores intensivos en capital -minería, petróleo, energía y servicios financieros- mostrarían los mejores resultados, impulsadas por nuevas inversiones, especialmente en Vaca Muerta.

En comparación con 2024/25, las perspectivas para 2026 aparecen algo más favorables. La recomposición de la macroeconomía y la mejora de las condiciones de financiamiento podrían expandir la recuperación a un conjunto más amplio de jurisdicciones y reducir brechas regionales que en los últimos años se profundizaron.

Un crecimiento moderado y heterogéneo

Aun con un panorama más previsible, las diferencias estructurales entre provincias se mantendrán. Las economías con fuerte perfil exportador seguirán despegándose de aquellas más dependientes del gasto público, limitando una convergencia plena entre regiones. En un contexto de disciplina fiscal nacional, las provincias de menor autonomía financiera enfrentarán un sendero más gradual.

El mapa provincial se encamina así hacia una etapa de crecimiento moderado, heterogéneo y con mayor previsibilidad, donde las oportunidades estarán más concentradas en las jurisdicciones que puedan aprovechar proyectos intensivos en capital. Para el resto, el ritmo será más lento, pero en un entorno macro más ordenado que el de los últimos años.

Fuente: Informe IERAL "Perspectivas post elecciones de las economías provinciales argentinas", Jorge Day.