polémica ambiental

Una diputada propone una "tasa al metano bovino"

Un proyecto de la diputada Lucía Lorena Klug (UxP) busca cobrar una tasa ambiental por las emisiones de gas metano del ganado. El campo reaccionó con dureza y advierte que la iniciativa es inviable, improductiva y carece de sustento técnico.

1 de Diciembre de 2025

Un proyecto de ley presentado en la Legislatura bonaerense por la diputada kirchnerista Lucía Lorena Klug, del bloque Unión por la Patria y cercana al dirigente Juan Grabois, generó un fuerte revuelo en el sector agropecuario y abrió un intenso debate político. La propuesta apunta a crear la Tasa Ambiental sobre el Metano de Buenos Aires (TAMBA), un tributo que recaería sobre productores ganaderos en función de los gases emitidos por sus animales durante el proceso digestivo.

Según el texto ingresado en la Cámara de Diputados, la iniciativa busca gravar los kilogramos de CO equivalente emitidos por cada establecimiento ganadero, tomando como base la cantidad de cabezas de ganado. Los fondos recaudados se destinarían a un fondo fiduciario provincial destinado a programas ambientales, especialmente vinculados a la gestión de residuos urbanos.

La propuesta de Klug se fundamenta en la necesidad de reducir gases de efecto invernadero y alinea su espíritu con debates internacionales sobre el impacto del metano en el cambio climático. Sin embargo, la respuesta del sector rural fue inmediata y sumamente crítica.

Desde CARBAP, su presidente calificó la idea como "un despropósito técnico y productivo" y lanzó una frase que rápidamente se volvió viral: "Cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción". La entidad advirtió que en la actualidad no existe un método práctico, económico ni verificable para medir de manera precisa las emisiones de metano de cada establecimiento, lo que vuelve -a su entender- inviable la aplicación de la tasa.

En la oposición, el diputado provincial Luciano Bugallo (Coalición Cívica) también cuestionó con dureza el proyecto y lo rebautizó irónicamente como "el impuesto a los pedos de las vacas". Sostuvo que la propuesta carece de solvencia técnica y agregó que generaría una nueva carga impositiva en un sector ya tensionado por altos costos y presiones fiscales.

Incluso dentro del oficialismo la iniciativa fue recibida con cautela, y fuentes legislativas señalaron que no existiría consenso político para que avance en comisiones, menos aún para ser tratada en el recinto. Algunos legisladores interpretaron que el proyecto habría sido presentado como parte del cierre de la actividad legislativa de Klug, cuyo mandato está próximo a culminar.

Mientras crece la polémica, el campo advierte que la discusión debe centrarse en políticas integrales de sustentabilidad y tecnologías de mitigación, pero no en "impuestos simbólicos sin aplicación real". El futuro parlamentario de la propuesta luce, por ahora, prácticamente nulo.