Tecnología de aplicación

Correcta pulverización: un factor clave en la eficiencia de los cultivos

La calidad de aplicación gana peso en la agricultura extensiva, con respaldo técnico y nuevas tecnologías que buscan reducir errores en un escenario cada vez más exigente

29 de Diciembre de 2025

En la agricultura argentina, la pulverización dejó de ser una tarea secundaria para convertirse en una decisión estratégica. En un contexto de márgenes ajustados, costos en alza y menor tolerancia a fallas, la correcta aplicación de fitosanitarios se consolida como un factor clave para sostener la productividad y reducir riesgos económicos y ambientales. 

Distintos trabajos técnicos y académicos coinciden en que una mala pulverización no solo compromete el control de plagas, malezas o enfermedades, sino que también incrementa las pérdidas por deriva, genera superposiciones innecesarias y eleva el consumo de insumos. La calidad de aplicación aparece así como una verdadera tecnología de proceso. 

De acuerdo con un documento sobre Buenas Prácticas en la Aplicación de Fitosanitarios elaborado por el INTA, muchas fallas de control no se explican por el producto utilizado, sino por problemas en la forma de aplicarlo. En este sentido, el organismo advierte: "La falta de estabilidad de las barras, los errores de calibración, las variaciones en la velocidad de avance y las aplicaciones realizadas fuera de las condiciones ambientales adecuadas reducen significativamente la eficacia de los tratamientos". Y agrega que corregir estos aspectos operativos "permite mejorar los resultados sin necesidad de incrementar la carga química aplicada". 

En la misma línea, el informe técnico "Calidad de aplicación en pulverización agrícola", elaborado por Fertilizar Asociación Civil, define a la pulverización como una tecnología de procesos, donde el resultado no depende solo del insumo, sino del modo en que se lo aplica. Este documento advierte: "Superposiciones, cortes imprecisos y falta de estabilidad del equipo generan ineficiencias que encarecen las aplicaciones y comprometen los resultados". Y subraya que estas fallas "impactan negativamente en la sustentabilidad del sistema productivo y en la percepción social sobre el uso de fitosanitarios". 

En este contexto en el que la pulverización cobra cada vez mayor protagonismo, se inscribe la reciente presentación en el mercado argentino de la Serie R de Valtra. Se trata de una plataforma de pulverización autopropulsada orientada a grandes extensiones y a escenarios donde las ventanas de trabajo son cada vez más ajustadas. 

De acuerdo con Emiliano Ferrari, gerente de Ventas Senior de Valtra para Hispanoamérica: "La Serie R fue desarrollada para brindar precisión sostenida, eficiencia energética y estabilidad en cada pasada. Es una plataforma diseñada para responder a la demanda de productores que necesitan tecnología que marque una diferencia real en el lote". 

Según la información técnica, el equipo incorpora sistemas de nivelación automática de barras, control por secciones y dosificación variable en función de la velocidad. Se trata de características que la bibliografía especializada identifica como claves para reducir deriva, evitar superposiciones y sostener patrones de aplicación uniformes aun en condiciones variables de terreno y cultivo. 

Pulverizar mejor no implica necesariamente aplicar más, sino hacerlo con mayor precisión, control y registro. En una agricultura que enfrenta exigencias productivas, ambientales y económicas, la calidad de aplicación se consolida como uno de los ejes centrales para producir de manera eficiente y responsable, y como una de las decisiones con mayor impacto que tiene en el resultado final del lote.