Finalizó La Niña y entramos en la neutralidad: ¿cómo incide en el agro?
El fenómeno de La Niña ha finalizado, dando paso a condiciones neutrales en el océano Pacífico. Este cambio podría redefinir la evolución climática en Sudamérica durante el invierno y la primavera.
Tras varios meses bajo la influencia del evento La Niña, las temperaturas del océano en el Pacífico ecuatorial han retornado a valores cercanos al promedio desde el mes pasado. Así lo confirmó el equipo de NOAA en su actualización de mayo, señalando el fin oficial del evento y el comienzo de una etapa neutral. Este pasaje de fase no es menor: representa una transición que podría tener implicancias importantes en la planificación agrícola, especialmente en países como Argentina. El meteorólogo Leonardo De Benedictis de Meteored nos adelanta como será la temporada neutral y cómo influye en el agro.
En su informe, el equipo de seguimiento del ENSO (El Niño-Southern Oscillation) estima que hay un 66 % de probabilidad de que las condiciones neutrales se mantengan durante el trimestre junio-julio-agosto. Mientras tanto, en el período de la primavera, estas probabilidades caen a un 48 % siendo, igualmente, la mayor probabilidad de ocurrencia, ya que la chance de La Niña apenas escala al 24 % y El Niño alcanza el 28 %. Durante el trimestre del verano, las probabilidades se emparejan, pero sigue siendo la neutralidad la opción con mayor potencial de desarrollo.
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Desde una perspectiva local, estos datos abren interrogantes importantes. La fase neutral muchas veces se asocia a una mayor incertidumbre en los pronósticos climáticos estacionales. Sin embargo, la transición hacia una posible Niña o Niño merece atención especial, dado que históricamente ambos eventos están sesgados hacia primaveras y veranos más secos en gran parte del país en el caso de La Niña, y situaciones de lluvias importantes en el caso de El Niño.
¿Qué significa estar en una fase "neutral"?
La fase neutral del ENSO implica que las temperaturas del océano en el Pacífico ecuatorial central no están significativamente por encima ni por debajo del promedio. En otras palabras, no hay un claro dominio de El Niño (calentamiento) ni de La Niña (enfriamiento). Esto no significa que el clima se volverá predeciblemente "normal", sino que otros factores atmosféricos y oceánicos ganan protagonismo.
Durante la fase neutral, la atmósfera no presenta señales forzantes claras desde el Pacífico tropical, lo que puede traducirse en mayor variabilidad intermensual. Esto dificulta la elaboración de pronósticos estacionales con alta confianza, especialmente en zonas como la región pampeana o el Litoral argentino.
Sin embargo, la neutralidad también funciona como una etapa de transición. En este caso, la atención está puesta en cómo evolucionará el océano en los próximos meses. Los modelos dinámicos utilizados por NOAA muestran que tanto un enfriamiento como un calentamiento en el Pacífico central tienen prácticamente la misma probabilidad de ocurrencia, lo que genera un amplio margen de incertidumbre.
¿Qué puede implicar para el agro argentino?
Desde el punto de vista productivo, la salida de La Niña implica dejar atrás un patrón que, con sus altibajos, trajo alivio hídrico en buena parte del país tras varios años de sequía. Pero la incertidumbre planteada para el próximo verano reaviva los temores de volver a un escenario restrictivo en cuanto a lluvias.
En términos históricos, años de transición en fase Neutral han estado asociados a ciclos agrícolas más complejos. En particular, si el evento persiste durante la primavera, existe una mayor probabilidad de lluvias cercanas a los promedios, pero con una mala distribución temporal de los eventos durante los meses críticos de siembra de maíz y soja. Esto podría obligar a los productores a ajustar fechas, cultivos o estrategias de manejo y logística.
Por otro lado, el invierno bajo condiciones neutrales suele anticipar pequeños desvíos de temperatura o lluvia del promedio normal. Pero debe ser seguido de cerca para identificar señales tempranas de cambio. El monitoreo continuo del Pacífico será clave, tanto en la toma de decisiones del sector agropecuario como en la elaboración de pronósticos estacionales más precisos.