Alerta por reinfestaciones en trigos del centro santafesino
Royas y mancha amarilla obligan a monitorear en forma permanente. Los técnicos constatan que las enfermedades no retornan a lotes tratados.
La preocupación por presencia de enfermedades fúngicas -especialmente royas- en trigos del centro santafesino vuelve a reactivarse ante la confirmación de que muchos lotes están reinfestándose luego de un primer control químico realizado por los agricultores.
Así lo indicó el ingeniero agrónomo Santiago Roldan de la Cooperativa Guillermo Lehmann, tras el relevamiento realizado sobre unas 600.000 hectáreas sembradas dentro del área de influencia de la institución. "Vemos que si el productor arrancó a tiempo con los controles se nota que en algunos casos ha frenado la enfermedad (roya), pero sí se observa un nivel de reinfestación; eso es lo que nos preocupa", dijo el asesor, y remarcó la importancia de monitorear los lotes para "no perder la oportunidad" de una buena cosecha en virtud del muy buen estado que muestran los cultivos.
Un documento técnico elaborado por la cooperativa con sede en Pilar, departamento Las Colonias, indicó que lo ciclos largos, intermedios y cortos mostraron presencia de enfermedades fúngicas, de tipo manchas y royas, con distintos niveles de severidad e incidencia "en prácticamente todos los lotes". Aunque con menor impacto en cuadros con rotación y fertilización adecuadas.
Ante la posibilidad de sufrir pérdidas que podrían llegar hasta el 60% de rendimiento, y en virtud del muy buen estado general del cultivo en los departamentos Castellanos, Las Colonias, La Capital, "alertamos para que los productores no pierdan la oportunidad" insistió Roldán, sobre todo en una campaña en la que "ha vuelto a crecer la superficie". Al alerta obedece a la rapidez con que se diseminan roya amarilla, roya de la hoja y mancha amarilla, patologías que han encontrado en la zona condiciones ambientales propicias y materiales genéticos que perdieron la tolerancia.
"En los últimos años hubo una uniformidad de variedades", indicó el técnico, situación que derivó en que se haya sembrado en esta campaña "más del 50% del área" con un material que perdió la resistencia. "Por ahí el cultivo rompe la tolerancia a la enfermedad, porque las royas mutan y pasan de una raza a otra en poco tiempo", explicó. Además, el clima ayudó por la presencia de "temperaturas frescas que favorecen a roya y a principio de campaña un poco más cálidas que predisponen a las manchas".
Si bien la presencia es generalizada, la incidencia varía. Los lotes bien nutridos están en mejor situación "porque se fertilizó bien el lote o viene bien manejado". Aún en esos lugares, verifican reinfestaciones. "Invitamos a los productores a no aflojar; quizás alguien hizo una aplicación con una estrategia de control adecuada, pero se encuentra con que en dos semanas o 10 días vuelve a infestarse con roya o mancha amarilla". Por eso sugirió "no perder la constancia del monitoreo" y todo el trabajo podría perderse.
Al respecto, definió como "umbral crítico" una severidad cercana al 50%, que obliga a "tomar recaudo y armar una estrategia de control" con fungicidas. En años anteriores, cuando hubo escapes de la enfermedad el productor sufrió importantes recortes en los rendimientos. Hasta el momento las variedades tolerantes están por debajo del umbral, pero no están exentas de un ataque mayor ante condiciones predisponentes. "Lo que favorece la enfermedad es temperatura y mojado de la hoja; cuando está más fresco, de 8 a 15°, favorece roya; y la mancha amarilla crece más rápido con temperaturas más elevadas", concluyó.
Fuente: Campo Litoral