Los negocios en el Mercado de Liniers se desarrollaron con una fuerte tormenta que no dio respiro en ningún momento. Las 9.203 cabezas ingresadas, sorprendieron a consignatarios y compradores, que esperaban un ingreso inferior justamente por la complicación que genera el agua para transitar los caminos. Gracias al esfuerzo de los productores que cargaron bajo condiciones climáticas adversas, el mercado trabajó a pleno.

Desde temprano, el rumor de que desde el gobierno se había dado la orden de pagar un 20% menos por la hacienda en pié, tomó fuerza. Aparentemente, en una reunión con supermercadistas se habría dado esta directiva.

Más allá de la veracidad o no de este rumor, no se vio operando a los grandes supermercados y se notó cierta calma. En este marco, la plaza cotizó en baja siendo las categoría más perjudicadas, el ternero y el novillito con quebrantos del 9 y el 6% respectivamente. La vaca cayó un 5% y sólo se mantuvieron los novillos con un pobre volumen de operaciones.