El constante avance de la ciudad hacia el campo incrementó los conflictos por denuncias de contaminación atribuibles a deriva de plaguicidas. A continuación se describen las tecnologías básicas para atenuar los episodios de deriva.

1-La evaporación de la gota: terrestre vs. avión

El tamaño de la gota pulverizada cobra mucha importancia al momento de analizar su velocidad de caída o distancia la cual es arrastrada por el viento. El avión produce una gota de menor tamaño que un pulverizador terrestre y, en consecuencia dichos trabajos están más expuestos al fenómeno de deriva. Según cálculos teóricos, la gota generada por un avión cae a una velocidad 10 veces menor que la de un terrestre.

2-Factor condicionante: humedad relativa

Cuando la humedad relativa (HR%) es alta, la gota no evapora, lo que equivale a decir que no reduce su tamaño en el trayecto de caída. Como limite crítico de humedad establecemos 60% para trabajos con avión, con menos humedad se requiere el uso de antievaporante. Cuando los trabajos se hacen por la vía terrestre el límite se establece en 50%.

Con muy bajos registros de humedad relativa (menos de 40%), recomendamos suspender los tratamientos por considerar que no pueden mitigarse eficientemente con el uso de coadyuvantes.

3-Factores de remediación: tipo de pastilla y altura de botalón

Comparando pastillas del mismo caudal, una tipo cono hueco y la otra abanico plano, la primera produce muchas gotas chicas, mientras que la segunda más grandes y en menor cantidad. 

En un tratamiento con un herbicida total se combina con hueco y bajo volumen el potencial de deriva se incrementa exponencialmente. Esta alternativa se ha difundido extensamente en Argentina y constituye uno de los motivos principales de reclamos por deriva en tratamientos terrestres.

Para reducir deriva con equipos terrestres, se recomienda provocar un aumento en el tamaño de gota. Se trata de duplicar tanto el distanciamiento entre boquillas como el caudal de las pastillas.

Cuando los equipos automotrices pulverizan herbicidas habitualmente trabajan a alta velocidad (17-20 km/h), situación que obliga a levantar mucho el botalón para evitar inconvenientes por su oscilación vertical. En pruebas en el INTA Castelar (Ver gráfico) se hallaron valores de deriva de 35 m para una altura de 85 cm, mientras que a 50 cm ese valor se redujo 63% (13 m).

4-Deriva en trabajos con avión: efecto de vórtice

Cuando el largo de la barra de aspersión y pastillas se aproxima a la envergadura del ala, se produce en los extremos del avión un fenómeno conocido como vórtice. Este consiste en un remolino compuesto mayoritariamente por gotas pequeñas y orientadas hacia arriba, que no llegan al suelo y derivan.

Para reducir la deriva se pueden utilizar barras de aspersión más cortas que el ala, e incrementarse el tamaño de gota, girando el conjunto barra-picos hacia atrás respecto a la vertical.

5-Inversión térmica: su relación con el viento

La inversión térmica es un fenómeno continuo que ocurre todos los días, y que se inicia por la tarde una hora antes de la puesta del sol, y finaliza una hora después de la salida del sol. Dado que bajo IT las capas de aire se encuentran estratificadas de menor a mayor temperatura a partir del suelo, para que ello persista se deben dar condiciones de muy poco viento por períodos prolongados (Ver foto). 

Por ende, nunca realizar trabajos de pulverización con poco viento o ausencia total de mismo. Es más riesgoso, por peligro de IT, trabajar hacia finales de la tarde que a primeras horas del día.

6-Zonas buffer y toxicología: distancias

Considerando los distintos plaguicidas, como promedio de toxicidad para los 260 principios activos inscriptos en Argentina, los insecticidas resultan entre 7 y 8 veces más tóxicos que el promedio de herbicidas y funguicidas. Considerando ahora los activos utilizados con mayor frecuencia en agricultura extensiva, la toxicidad relativa se amplía mucho más, 27:1.

El verdadero problema de contaminación por deriva se registra con insecticidas, rubro donde existe una amplia variedad de alternativas y resulta posible la elección de aquellos productos de menor toxicidad.

Distintos autores sugieren no hacer tratamientos fitosanitarios a menos de 100 m de zonas sensibles, y no establecen restricciones para aquellos trabajos realizados a más de 1500 m. Además no sugieren hacer trabajos con avión a menos de 200 m de zonas protegidas, ni tampoco establecen restricciones para trabajos con equipos terrestres a más de 1000 m.

7-La supervisión técnica

Resulta imprescindible contar con el conocimiento profesional (tecnologías de procesos) tanto como con el instrumental de medición y los plaguicidas acordes a las situaciones dadas (tecnologías de insumo), todo para garantizar riesgos mínimos al trabajar en la proximidad de zonas críticas.

Fuente: Recaudos por deriva en pulverizaciones agrícolas- Ing. Agr. Pedro Daniel LEIVA- EEA Pergamino