¿Cómo regular la cosechadora en situaciones de alta humedad?
Las lluvias están poniendo en jaque la buena cosecha de soja que se esperaba. Veamos qué tener en cuenta para cuando se pueda comenzar a cosechar
Las reiteradas lluvias que están sucediendo en las últimas semanas en el centro productivo del país, están poniendo en jaque la buena cosecha de soja que se esperaba para la corriente campaña. Las estructuras de las plantas de soja han comenzado un proceso de descomposición; las chauchas, por el efecto de humedecimiento y desecamiento, se están comenzado a abrir y los granos, dentro de las chauchas, están empezando a brotar.
Por todo esto, y buscando que el impacto de las pérdidas sea el menor posible, se deberán aprovechar los pocos momentos de tregua que el clima ofrece, para ingresar con las máquinas a los lotes a cosechar. Para ello, la máquina deberá estar preparada para poder transitar sobre un suelo con muy baja capacidad portante (riesgo de empantanamiento), ajustada para poder cortar plantas debilitadas y con chauchas de fácil apertura, regulada para poder alimentar eficientemente su sistema de trilla con material húmedo y calibrada para poder limpiar eficientemente el grano de entre materiales con peso específico similares.
Transitabilidad
En primer lugar, para facilitar el tránsito de la cosechadora sobre el suelo anegado, se deberá reducir la presión de inflado de los neumáticos, entre un 20 a un 30 % de lo normal. Siempre será preferible y recomendable, que la máquina este configurada con neumáticos radiales (50% menos libras de inflado) y de disposición dual o trial por eje (neumáticos externos más desinflados y gastados que el interno). Con radiales y duales se podrá reducir prácticamente a la mitad la presión específica sobre el suelo y, por ende, duplicar la flotabilidad del equipo.
Una buena velocidad de avance de cosecha, es importante para evitar la formación de excesivos frentes de ondas en el suelo, causante de excesivos esfuerzos de rodadura y consecuentes “empantanamientos”. Además, trabajar con la máquina a la mayor velocidad de avance posible, implicará cosechar una mayor superficie y, por ende, aprovechar los momentos que el clima sin lluvias brinda como tregua. Es por eso que, la velocidad ideal para circular en estas condiciones, será la máxima que el sistema de corte admita (factor limitante de la velocidad máxima) la cual rondará entre los 7,5 y los 8 Km/h.
Velocidad de avance y efecto frente de onda de barro
Una operatoria que mejora sustancialmente la flotabilidad de la máquina es evitar cargar a la máxima capacidad la tolva de granos de la cosechadora. Lo recomendable, en estas situaciones especiales, es trabajar, como máximo, a mitad de tolva. Con esta sencilla práctica, se logrará reducir la presión específica sobre el suelo hasta un 30%, pudiendo ser clave para garantizar la transitabilidad de la máquina sobre el suelo anegado. Asistiendo a esta práctica, se deberá evitar que los equipos de apoyo (tractores con tolvas auto-descargables), transiten el terreno acompañando a la cosechadora durante la descarga. Dicho acompañamiento aumentaría el nivel de huellas, entre un 5 y un 7 %, y el riesgo de que el equipo de apoyo quede “empantanado” en el lote. Por lo tanto, se aconseja no sobrepasar el 50% de la capacidad de la tolva de la cosechadora y descargar en los lugares menos comprometidos, como cabeceras o lomas.
Molinete
Por más que la máquina esté avanzando a su máxima velocidad, las revoluciones de giro del molinete deberán limitarse a un rango de entre un 10 y un 15 % (IM 1.1 – 1.15) de la velocidad de avance. La limitante se debe a que las chauchas se encuentran muy propensas a abrirse y, por lo tanto, el mínimo golpe del molinete sobre ellas provocará grandes pérdidas.
Si el operador observa que existe una mala alimentación del sinfín concentrador o lona draper, no deberá optar por el aumento de las revoluciones del molinete, sino que será preferible optar por retraer unos 10 o 15º las púas del molinete. Dicho ajuste, implicará una mejora sustancial en dicha alimentación.
Por el mismo motivo, procurar ubicar el centro circular del molinete a entre unos 10 y 15 cm por delante de la punta de las cuchillas de la barra de corte.
Barra de corte
Debido a que, en esta situación, se pretende trabajar con la máquina a su máxima velocidad de avance, se deberá prestar fundamental atención al desgaste y ajuste de la barra de corte. Caso contrario, se convertirá en el factor limitante que impedirá alcanzar la velocidad necesaria para minimizar el efecto “onda de barro”. Entonces, será necesario que la luz entre cuchilla y contra-cuchilla, y entre barra porta cuchillas y placa de desgaste, sea de 0,5 mm. Para alcanzar esta luz se colocará, en el primer caso, una hoja de cierra (0,5 mm) entre la cuchilla y contra-cuchilla como testigo de luz y se trabajará sobre la grampa prensa cuchillas (sapito) haciendo que esta haga contacto contra la cuchilla. En el segundo caso, se colocará la hoja de cierra entre la barra porta cuchillas y la placa de desgaste, se aflojarán los tornillos de sujeción de la placa y se arrimará la placa hacia adelante hasta que haga contacto con la cuchilla.
Recomendación de regulaciones en una barra de corte modal
Cabe destacar que, además de las regulaciones de luces, se debe prestar suma atención al estado estructural de los puntones y al desgaste de las cuchillas. Cuchillas gastadas (con el filo roma) requerirán el doble de energía para realizar el corte, aumentando las pérdidas granarias, dañando los mandos de transmisión y aumentando el consumo de combustible.
Alimentación
Para que el sistema de trilla, ya sea axial o transversal, funcione de la mejor manera posible ante condiciones de material húmedo y fácilmente empastable, se deberá prestar especial atención a los sistemas de alimentación (sinfín concentrador o lona draper, chapas rascadoras y acarreador). Alimentar la trilla con material húmedo, enredado o en forma de bolos, implicará una trilla ineficiente, con grandes pérdidas por cola y pudiendo llegar a provocar el atoramiento del sistema de trilla.
Sinfín
Para obtener una alimentación uniforme, sin enredos ni bolos y sin generar pre-trilla, se debe optimizar la altura de la espira del sinfín concentrador respecto del piso de la batea del cabezal. Para ello, se deben tomar tres chauchas representativas del cultivo a cosechar y con ellas, posicionadas horizontalmente, conformar una pequeña pirámide (dos abajo y una arriba al medio de las otras dos). La altura representada por esa pirámide de chauchas de soja será la luz que deberá tener la espira del sinfín respecto de su batea.
Para asegurar la buena alimentación también será necesario controlar, periódicamente, la luz entre las chapas rascadoras (desbarbadoras) y la espira del sinfín. Esta debe ser la mínima posible, con esto se conseguirá entregar el material de manera uniforme y sin formación de bolos (gran responsable de una mala trilla).
Lonas del Draper
Si el cabezal es un draper, se deberá prestar especial atención a la regulación de las lonas concentradoras (laterales) para obtener una buena alimentación del sistema de trilla. Las lonas tienen la posibilidad de regular, desde la cabina del operador, las revoluciones de los rodillos que las traccionan. La velocidad óptima, será aquella que ocasione que la planta, al recostarse sobre la lona concentradora, tome una posición de entre 40 y 50º de angulación. De esta manera, al ingresar las plantas a la lona central alimentadora, estas serán tomadas traccionándolas de adelante hacia atrás impidiendo que se desacomoden y ofreciendo una óptima alimentación.
Por otro lado, los cabezales draper en su mayoría, presentan un peso total 20 a 30% mayor que los tradicionales, a un mismo ancho. Por lo que, ante estas situaciones donde la flotabilidad es un factor clave, será importante que dicho cabezal cuente, o sea adicionado, con 2 ruedas de apoyo con un ancho no menor a 400 mm para que gran parte del peso del cabezal descanse sobre estas ruedas y no sobre el eje delantero de la cosechadora.
Acarreador
La correcta tensión de las cadenas del acarreador será fundamental para lograr una entrada uniforme y constante del material hacia el interior del sistema de trilla. Una tensión insuficiente o excesiva generará la formación de bolos, alimentando al cilindro o rotor de trilla por golpes generando grandes pérdidas por cola y corriendo el riesgo de atoramientos.
Para lograr una correcta tensión de las cadenas del acarreador, se deberá levantar el acarreador de manera tal que su piso quede completamente horizontal. En esa posición se deberá revisar, a través de las puertas de inspección o por el frente del acarreador, que la planchuela que se encuentra, aproximadamente, a la mitad del recorrido este prácticamente apoyada sobre el piso del acarreador pero que sus contiguas (anterior y posterior) estén suspendidas en el aire. Si las contiguas tocan el fondo, la tensión será insuficiente y, si todas están suspendidas, la tensión será excesiva.
INTA Concepción del Uruguay