Siembra

Sembrarlo bien

La búsqueda de la mejor siembra en lo que hace a la distribución de la semilla en el plano horizontal y en profundidad es continua. Pero no todos los puntos que afectan al resultado final son tenidos en cuenta a la hora de controlar los equipos

Chacra
21 de Abril de 2014

El dosificador en primera instancia es el protagonista de todo control de distribución aplicado a la sembradora. Luego se revisa el tren de siembra con el surcador, y su estado de conservación y regulaciones, el órgano afirmador de la semilla en el fondo del surco las tapadoras, su tensión y ángulo. Todo ello sin dejar de lado la transferencia de carga de la sembradora al cuerpo de siembra y el estado de las ruedas limitadoras. Asimismo el tren cinemático con su rueda motriz sus cadenas, engranajes y cardanes. Todo es tenido en cuenta y controlado. Pero frecuentemente el tubo de bajada es dejado de lado, por su sencillez y aparente estática, las cuales no ofrecen a simple vista detalles a considerar, al menos de mucha importancia, suele creerse.

No obstante lo cierto es que el buen o excelente resultado del trabajo de un dosificador preciso, puede perderse por completo o al menos en parte, por el mal estado del tubo de bajada. Y de tal tubo, son para considerar aspectos de diseño al elegir un equipo, como otros que se controlan y eventualmente corrigen en la puesta a punto de la sembradora.

En los equipos de grano fino los tubos de bajada suelen ser de dos tipos: o tubos corrugados de goma o tubos telescópicos de plástico o de chapa. Los primeros, los corrugados, son los de mayor aceptación entre los fabricantes debido a su costo y su practicidad a la hora de aplicarlos a diferentes modelos, tanto en los que suben y bajan el chasis al pasar de la posición de trabajo a transporte y viceversa, como los que sólo suben y bajan los cuerpos de siembra. El corrugado permite la extensión y retracción del tubo adaptando su longitud a cada momento, a medida que cambia la distancia entre el fondo de la tolva y el surcador cuando este copia los desniveles del terreno, o cuando pasa de la posición de transporte a trabajo y viceversa.

En el interior del corrugado una serie de lengüetas ubicadas entre los pliegues del corrugado como “polleras”, evitan que la semilla quede atrapada en la pared del tubo.

En el caso de los tubos telescópicos, los tramos del conducto se meten uno dentro del otro al prolongarse o retraerse para adaptarse a las diferentes distancias entre los fondos de tolva y los surcadores.

 La posición vertical de los tubos facilita la caída y evita la acumulación de la semilla en el interior de los tubos lo cual interfiere con la distribución en el la hilera.  

En el caso de los dosificadores de grano grueso, sean mecánicos o neumáticos, la trayectoria del tubo dentro del doble disco o bien entre el monodisco y la zapata, acompaña la caída de la semilla sin interferir en la misma.

Para ello cada fabricante, ha desarrollado la geometría de su tubo incluyendo la forma del mismo, sus dimensiones y su posición en el cuerpo de siembra. Es por ello que se encuentran tubos rectos con cierta inclinación hacia atrás, tubos curvos también inclinados hacia atrás. El ancho del tramo inferior del tubo permite el paso de una semilla de maíz, y cabe dentro de la “V” del doble disco. Todos ellos y cada uno responde a un desarrollo minucioso y han sido pensados para trabajar a una velocidad de siembra específica, la cual no es conveniente superar durante el trabajo y obviamente conocer.

Todo ello si el objeto es lograr uniformidad entre descargas de semilla, más allá de colocar una cantidad de semillas por cada, digamos . . . 10 ó 100 metros de surco.

Se busca que la semilla no tenga rebotes contra las paredes del tubo en su trayectoria desde la salida del dosificador hasta la llegada al surcador, dado que los rebotes atentan contra la ubicación deseada en el surco. La semilla cuando cae por el tubo está suspendida en el aire, y en su trayectoria influyen la gravedad, el avance de la máquina, y el movimiento de la placa de siembra, sea esta horizontal, inclinada o vertical. Haya o no gatillos expulsores.

Otro aspecto de gran relevancia es el anclaje del tubo al cuerpo, el cual es firme sin movimientos relativos entre el tubo y el dosificador que afecten la caída de la semilla. De ocurrir estos movimientos las semillas no se ubicarán a distancia uniforme entre ellas, con lo cual se ve afectada la distribución.

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