AGRICULTURA

Severo estrés hídrico: el 70% de los lotes de trigo en Córdoba está en regular o mal estado

Así lo estima la Bolsa de Cereales provincial. Para la Bolsa de Comercio de Rosario, en Córdoba hay un "desastre productivo". Hay zonas donde evalúan secar y barbechar los lotes por los bajos rindes.

16 de Octubre de 2020

 La Bolsa de Cereales de Córdoba advirtió que "los cultivos invernales atraviesan su periodo crítico en un contexto de severo estrés hídrico" en esta provincia.

De acuerdo con datos recogidos a través de su red de colaboradores, la entidad bursátil estima que el 70 por ciento de las 1,2 millones de hectáreas sembradas con trigo están en regular (39 por ciento) o mal estado (31 por ciento).

El deterioro que genera la sequía se advierte en que en agosto la proporción de lotes con valoración negativa era un tercio, el mes pasado se elevó al 50 por ciento y ahora trepó al 70 por ciento.

El problema es que, en este momento, el 79 por ciento de la superficie está en período crítico: la conclusión es que es inevitable que esta situación impacte en los rendimientos y que la cosecha caiga aún más que lo que ya está descontado.

De manera adicional, hay plagas como arañuelas del trigo y pulgón verde de los cereales que se ven favorecidas por la baja humedad relativa y se están reportando en toda la provincia. En cambio, el panorama climático no favorece el desarrollo de enfermedades: solo se han informado algunos casos de roya anaranjada y mancha amarilla en el este y sudeste cordobés, pero en ningún caso con alta incidencia. 

Por zonas

En su informe semanal de estimaciones agrícolas, en el capítulo referido al trigo, el ministerio de Agricultura de la Nación también hace un análisis crítico sobre la situación en que se encuentran los lotes cordobeses.

En la delegación Laboulaye, por ejemplo, advierte que el estado general del cultivo es regular a malo, salvo aquellas plantas que se encuentran en encañazón y que aún tienen mayores posibilidades de recuperarse.

En el sur de Córdoba, alrededor del 30 por ciento de los lotes se encuentra en la etapa de floración, con una mayor demanda de humedad en el suelo la cual continúa siendo escasa, por lo que de no ocurrir lluvias a corto plazo serán mayores las pérdidas y menores los rindes.

Hacia el sudeste, en la delegación Marcos Juárez alertan que la situación de principio de sequía a sequía ya se extendió a casi toda el área, lo que se manifiesta en lotes con escaso volumen vegetativo y que no logran cubrir el surco, afectados no sólo por la falta de lluvias sino también por las bajas temperaturas. "El centro-norte y norte del departamento Unión es el más complicado con daños irreversibles en el cultivo", subraya el informe oficial.

Del otro lado de la provincia, en Río Cuarto "es inminente que se comiencen a realizar barbechos químicos para secar las plantas", afirma el reporte. "Están esperando una lluvia para ver si los cultivos reaccionan o no, pero están muy complicados", continúa.

En San Francisco, en tanto, también se observa mucho estrés hídrico y la presencia de pulgones y arañuelas, favorecidos por las condiciones climáticas. En tanto, "la sequía, como en toda la provincia, se acentúa cada día en la zona de la delegación Villa María", completa el relevamiento.

Pérdidas

Según la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en la zona núcleo la expectativa inicial era alcanzar una siembra récord de 1,78 millones de hectáreas. Con poca agua en el otoño, fueron al final 1,6 millones, 10 por ciento menos que el año pasado.

Ahora, tras seis meses de sequía, hay 130 mil hectáreas en el corazón productivo del país que quedaron en el camino, y otras 880.000 que están entre regulares y malas, y en las que se evalúa la posibilidad de darlas de baja y pasarlas a soja de primera.

Por ejemplo, en el caso del sudeste de Córdoba se está calculando un rendimiento promedio de 24 quintales por hectárea; es decir, una caída de 14 quintales o del 37 por ciento con respecto al ciclo 2019/20.

El resultado es que de una proyección de cosecha en la zona núcleo que arrancó en siete millones de toneladas, ahora se estima que como máximo llegaría a 4,4 millones.

Este derrumbe de la producción en la región central del país es lo que explica que, en su proyección mensual nacional, la GEA haya achicado su pronóstico de producción triguera 2020/21 de los 18 millones que estimaba hasta el mes pasado, a 17 millones. Y muy lejos de los 22 millones que podrían haberse alcanzado con condiciones climáticas más cercanas a la normalidad.

En este contexto, las previsiones no caen aún más sólo porque las condiciones en el núcleo triguero bonaerense son buenas y se prevé allí sí una buena cosecha.

"Ya van ocho meses sin lluvias importantes en el norte Argentino y seis meses en el oeste y centro de la región pampeana. La falta de agua se agudiza en el momento en que el área atraviesa sus etapas más críticas. Es urgente la necesidad de lluvias importantes a gran escala para poder completar los granos y detener la caída de rindes que se viene corroborando a cada semana", alerta la GEA.

Las pérdidas se enumeran de la siguiente manera: de las siete millones de hectáreas que se pensaba sembrar, finalmente se implantaron 6,5 millones. Y a eso hay que sumar unas 600 mil que no se cosecharán por la falta de agua y el efecto de las heladas. "El impacto en el rinde es dramático en algunas provincias", asegura la entidad rosarina.

En el caso de Córdoba, no duda en afirmar que "pasa por un escenario de desastre productivo: se estima, como media provincial, un rinde menor a los 22 quintales y casi 200 mil hectáreas pérdidas".

Significa un rinde promedio provincial de apenas 21,6 quintales por hectárea, muy por debajo de los casi 31 quintales que tuvo como promedio en los últimos cinco años.

En tanto, en su Panorama Agrícola Semanal, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires hace hincapié en los bajísimos rindes que se están viendo en el inicio de la cosecha en el norte del país.

"Las labores cobran impulso, con rindes promedio debajo de los 10 quintales por hectárea, y aumenta el riesgo de abandono de superficie en cuadros que no superan los cinco quintales. La decisión varía entre los productores, dependiendo de los costos a afrontar. Debido al déficit hídrico que atravesó el ciclo del cereal, las hectáreas sin cosechar continúan en aumento", señala el reporte.

Y agrega: "En el centro del área agrícola, la situación se encamina hacia los mismos resultados. Los rindes potencialmente alcanzables en las provincias de Córdoba y Santa Fe se reducen semana a semana. En paralelo, cada vez son más los lotes que se destinan a alimentación animal o se barbechan para la gruesa".

Por ejemplo, la entidad porteña estima que en el sur de Córdoba el 90 por ciento de los lotes están entre regulares y malos.

En el panorama nacional, la Bolsa de Buenos Aires coincide en que los promedios mejoran gracias a que las expectativas se mantienen elevadas en territorio bonaerense.

De cualquier manera, el cálculo de la entidad porteña es que el 54 por ciento del área triguera está en condición hídrica entre regular y sequía, y que eso impacta en que el 51,6 por ciento de los lotes muestren una condición de cultivo entre regular y mala.

Significa 17,1 puntos porcentuales más que en la campaña pasada, cuando esta situación afectaba al 34,5 por ciento de los lotes. 

Fuente: AgroVoz

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