Nuevas variedades

La manzana expande su frontera

La introducción de variedades que tienen bajo requerimiento de horas de frío hacen posible la producción de manzanas en provincias como Córdoba, Santiago del Estero y San Luis

Verónica Salamanco
3 de Enero de 2014

 “El número de horas de frío se toma en base a las temperaturas que son menores a 7ºC en invierno”, explicó el Ing.Agr.(MBA) Patricio Páez Morón, jefe de AER INTA Villa Dolores, Córdoba, “Así como la manzana Red Deliciosa necesita 800 o más horas de frío, hay otras que funcionan muy bien con 200 horas”. Entre las nuevas variedades que se han incorporado, están la Anabela. cuyos frutos son cilindro/cónicos, alargados, de fondo crema y cubierto de rojo claro, la Eva, que tiene entre 300 y 350 hs  de frío de requerimiento y con frutos de forma cónica, cubiertos con el 30-70% de rojo vivo; la Caricia, seleccionada por su precocidad y alta productividad que necesita 350 unidades de frío y sus frutos son en un 90 % de color de cobertura rojo oscuro teñido, la Princesa, con exigencias de frío de 400-450 unidades y frutos de coloración rojiza, forma cónica redondeada y peso medio 150gr. color de pulpa crema, y la Conndesa, con frutos cilíndricos y  coloración  jaspeada de color rosa pálido.

“En la región centro-norte del país donde se producen estas variedades, los emprendimientos son muy pequeños y orientados en su mayoría a la autoproducción de alimentos para la economía familiar, comercializando  los excedentes como fruta fresca o industrializada”, describió Patricio. Todavía no hay galpones de empaque que trabajen estas variedades y el productor a lo sumo puede realizar un tamañado y una refrigeración muy corta en cámara. Se producen dulces y en zonas apropiadas, fruta seca en rodajas.

Claves del cultivo

La preparación del suelo  tiene las mismas exigencias que cualquier otro frutal. Páez Morón indicó que “en el caso de plantaciones comerciales, se trabaja el suelo en profundidad con implementos para el subsolado y la rotura de capas duras al menos en la línea de plantación. Y en el caso de plantaciones familiares (menor escala), este trabajo se logra realizando un pozo de 40 x 60 cm, para permitir que las raíces crezcan sin impedimento durante los primeros años. Dependiendo del tipo de suelo, se puede realizar una fertilización con fósforo en el fondo del pozo, para que la planta lo utilice más adelante”.

La forma de conducir la planta es en palmeta (un plano), con 3 ó 4 pisos de ramas distanciados 40 cm entre uno y otro. Se utiliza un sistema apoyado para la formación, constituido por cuatro o cinco alambres y postes cada 10 a 12 metros. Sobre cada alambre se forma un piso de ramas. Las distancias de plantación son de 1,5, 2 ó 3 metros entre planta, según el portainjerto sobre el cual se injertó la variedad. Los dos portainjertos más utilizados son el M9 y el M111. El M111, brinda la posibilidad de conducir la planta libre, sin estructuras y poder utilizar otros tipos de formación. La distancia entre filas en las palmetas por lo general es de 4 metros dependiendo de la maquinaria disponible.

“En cuanto a la fertilización, en plantas jóvenes (hasta los 3 años), realizamos fertilizaciones nitrogenadas en base a sulfato de amonio, que nos ayuda a bajar los PH de nuestros suelos, ya que en general son alcalinos”, agregó el asesor del INTA; “En el caso de disponer de riego localizado estamos utilizando Acido Fosfórico como fuente de fósforo y para el mantenimiento del sistema. En plantas adultas trabajamos con fertilizantes compuestos (NPK) como el triple 15 o adicionamos individualmente los nutrientes. También existen algunas experiencias de producción orgánica que trabajan sólo con la adición de abonos y guano. Eventualmente en algunas plantaciones se utilizan fertilizantes foliares para corregir deficiencias, sobre todo de Zinc que es una de las más comunes”.

En estas plantaciones, la poda es una tarea fundamental. Se realiza en invierno y es casi idéntica a las de las variedades tradicionales de manzana, salvo que en éstas se pueden dejar algunas brindillas ya que no sólo fructifica sobre crecimientos cortos sino también sobre brindillas.

La plaga más importante es Carpocapsa y se realizan pulverizaciones preventivas a partir de la aparición de la primera generación. “También nos encontramos en una zona que es endémica de mosca de la fruta y la fruta que va a mercado debe ser pulverizada. Se ha detectado en algunas zonas pulgón lanígero, piojo de San José y algunos otros tipos de cochinillas”, advirtió Patricio. La enfermedad más grave es el Oídio, pero existe una marcada diferencia en la sensibilidad a la enfermedad de las diferentes variedades.

Los rendimientos promedios de una plantación con raleo de frutos, oscilan entre los 20.000 y 25.000 Kg por hectárea de fruta de calidad. Se han logrado rendimientos máximos cercanos a los 50.000 Kg. por hectárea pero con calibres muy chicos. Por ahora, el mercado que funciona es el local, porque el negocio de la manzana está difícil en todo el país, sobre todo cuando no se manejan volúmenes, no se tiene infraestructura de frío, logística ni galpones de empaque. “Además de esto hay que considerar que a pesar de que nuestras manzanas maduran un mes antes que las provenientes de las regiones productoras de Cuyo y Patagonia, esta primicia no se paga, porque en la actualidad existen cámaras de átmosfera controlada que conservan frutas en buenas condiciones por más de 12 meses”, señaló Páez Morón, “cuando la  manzana proveniente de cámara ingresa al mercado interno, coincidiendo con la época de cosecha de nuestras variedades, muchas veces lo hace con precios por debajo de los costos de producción y almacenamiento. En estas condiciones el pequeño productor no puede competir y se ve obligado buscar otros circuitos de comercialización”. Algunas de las variedades producidas como la Princesa, tienen posibilidades de ser almacenadas en cámara y podrían ser exportadas, como lo hace Brasil.

 

Experiencia de productor

Leonardo Dyzenchauz dejó su vida en Buenos Aires y eligió Traslasierra para radicarse con su familia. En un establecimiento de 4 ha. en San Javier, al que bautizaron Churrinche, Leo combinó el turismo con la producción de nogales y manzanas. Asesorado por el INTA, plantó las variedades Eva, Caricia y Princesa, que tiene pequeñas diferencias en la época de brotación y en la forma de los frutos. “Trajimos plantas de los viveros de Colonia Caroya. El sabor es algo más ácida que las Delicious porque son híbridos hechos a base de la variedad Gala. Estas variedades tienen pie enanizante, con raíces más pequeñas, que exploran menos suelo, por lo tanto tienen menos sostén y menor radio donde exploran buscando nutrientes. Están pensadas para producciones intensivas donde también haya otras tecnologías atrás de fertilización y sostén. Se arman estructura de plantas de cuatro pisos: a los 0,40m, 0,80m, 1,20m y 1,60m. Está la rama principal y las secundarias y año a año se van renovando las brotaciones productivas del ciclo. En ese sentido es parecido a la vid”. Respecto al manejo, Leo comentó que “los primeros años fertilizaba con producto de mi lombricompuesto combinado con guano que traía de criaderos de aves de Villa Dolores. A medida que fuimos creciendo hicimos un planteo de fertirriego. En el crecimiento usamos fertilización nitrogenada. Este año estoy haciendo con nitrato de potasio, y uso ácido fosfórico, que tiene la ventaja adicional que previene el sarro en los goteros. El plan es seguir con una fertilización foliar”

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