Cibernética agropecuaria

Agrobot, un "laburante" de 16 brazos

Es un robot que ya se usa en California. Elige las frutillas maduras y deja las que están verde en la planta

The Wall Street Journal
27 de Abril de 2015

Un cosechador automático de 16 brazos atravesó varias hileras de plantas de frutillas en Oxnard, California, y cumplió una tarea selectiva propia de un ser humano. Utilizando potentes computadoras, sensores de color y pequeñas canastas de metal adosadas a los brazos robóticos, la máquina sacó suavemente fresas maduras de debajo de las hojas verdes, mientras ignoraba en su mayor parte las frutas que aún no estaban maduras.

Así, Agrobot, tal como se llama a la máquina recolectora, no sólo sorprende por su despliegue tecnológico; también avanza sobre históricos paradigmas sociolaborales, con el argumento de afrontar uno de los mayores problemas para el manejo de cultivos en Estados Unidos, la escasez de mano de obra agrícola.

Esta clase de tareas requiere desde hace tiempo el criterio entrenado y el intenso esfuerzo de decenas de miles de trabajadores con salarios relativamente bajos. Con los avances tecnológicos, se está volviendo posible que los robots se hagan cargo de la tarea, cuando una menor disponibilidad de recolectores de frutas ha aumentado el atractivo financiero de esta tecnología.

“Ya no se trata de un problema de cuánto cuesta un cosechador de fresas”, dijo Juan Bravo, inventor de Agrobot. “Ahora se trata de cuánto sale dejar un campo sin cosechar, y eso es mucho más costoso”.

El Agrobot cuesta alrededor de US$100.000 y Bravo tiene en desarrollo un segundo prototipo de mayor tamaño. Otros aparatos también comienzan a asumir tareas delicadas en distintas partes de la industria de cultivos frescos, desde plantar semillas de plantones vegetales a cosechar lechuga o trasplantar rosas.

Los agricultores que se dedican al maíz, soja u otros commodities reemplazaron hace décadas la mayor parte de sus trabajadores por enormes cosechadoras y otras máquinas que pueden cortar y recolectar granos con rapidez para usar como alimento animal, materias primas para alimentos y etanol. Pero los agricultores que se dedican a cultivos frescos y plantas en su mayoría han seguido acudiendo a recolectores humanos, en parte para evitar que máquinas torpes estropeen la apariencia sin imperfecciones de los ítems que los consumidores ven en las estanterías.

Vale la pena destacar, en este sentido la cosechadora de aceitunas que años atrás desarrolló la empresa argentina MacTech, en Venado Tuerto, con bastante éxito en distintos países.

Claro que los robots tienen sus propias desventajas, necesitan mantenimiento y reparaciones: Agrobot normalmente tiene 16 brazos, pero dos estaban recientemente fuera de servicio. Algunos partidarios de los trabajadores agrícolas temen que una mayor mecanización también pueda ayudar a eliminar empleos que aún se necesitan. Y otros temen que les dará una ventaja extra a grandes propietarios que pueden invertir en los equipos más modernos.

Los partidarios de la tecnología señalan que la mecanización de los cultivos frescos podría impulsar la productividad, lo que en última instancia limitaría el aumento de los precios. También podría ayudar a los agricultores en California, que enfrentan una sequía desde hace años en el estado que más cultivos frescos produce en EE.UU., a sacar más provecho de sus campos al compensar los mayores costos con estas tecnologías.

Las máquinas están haciendo más que recolectar cultivos. Altman Specialty Plants Inc., uno de los mayores viveros de EE.UU., ha estado usando ocho robots durante los últimos dos años para trasladar más de 1,2 millones de rosas plantadas y otras plantas conforme crecen de tamaño. Otras experiencias similares son la de Tanimura & Antle Fresh Foods Inc., uno de los mayores productores de vegetales de EE.UU., que compró la startup española Plant Tape, cuyo sistema trasplanta plantones de vegetales de invernaderos a campos usando tiras de material biodegradable a través de un aparato de plantación operado por un tractor. O Reiter, el proveedor de Driscoll, está comenzando a desplegar máquinas controladas por joystick y control remoto que cargan suministros para la construcción y cajas de cultivos recolectados a través de los campos de frutales.

Datos de Wall Street Journal

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