Controversial

Transgénicos: una cuestión de desconocimiento

"Si la gente fuera objetiva respecto al riesgo, entonces estaría mucho más preocupada por los automóviles, que matan miles de personas al año" asegura un investigador estadounidense

Chacra
10 de Julio de 2015

En el mismo momento en que los americanos se preocupan cada vez más por el consumo de productos transgénicos, la comunidad científica se mueve en la dirección contraria. Hay casi unanimidad entre los científicos en asegurar que los OGM (organismos genéticamente modificados) o transgénicos no representan un riesgo a la hora de comer. La Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA), la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Médica Americana han expresado que no hay peligro en consumir este tipo de alimentos.

Sin embargo, la divergencia entre los científicos y el público norteamericano ha crecido. Hace unos meses, cerca del 60% de los habitantes de ese país creía que los OGM eran “mayormente inseguros”, pero en el 2000, la opinión estaba mucho más dividida.

"Hay muchas razones para que esto sea así", dijo Jayson Lusk, un economista agrícola de la Universidad del Estado de Oklahoma, que ha estado estudiando la renuencia de la gente a los OGM desde que los mismos se introdujeron, a fines de la década del 90.

Lusk relaciona la división de las opiniones que una vez existieron entre la comunidad científica y el público general con el cambio climático, pero advierte que puede ser difícil cambiar la opinión de las personas acerca de la biotecnología.

¿Cuándo comenzó esta discusión?

Este tema ha estado en el foco de la discusión durante muchos años. El interés comenzó allá por los 90 cuando los primeros cultivos genéticamente modificados irrumpieron en el mercado, y hubo grupos que se opusieron a ellos, aunque siempre fueron una minoría.

Los que llamaron la atención de todos fueron los vendedores de alimentos naturales y orgánicos, que agregaron leyendas en los productos resaltando que eran libres de organismos genéticamente modificados.

¿De qué se asusta la gente?

La mayoría de la gente no sabe mucho acerca de los OGM. Una persona promedio no ha gastado mucho tiempo en indagar sobre el tema. No obstante, si vieran una etiqueta  en un producto que dice que proviene de una OGM, evitarían comprarlo. Hay una tendencia psicológica a desear alimentos naturales antes que alimentos novedosos.

Por lo tanto, no es necesario que la gente tenga un fuerte e innato rechazo a los OGM, sino que es una reacción negativa a algo que parece un aditivo y es inusual.

No es algo en contra de los transgénicos

El investigador asegura que "no es algo puntual con este tipo de productos, sino que forma parte de un rechazo general a la biotecnología, a las cosas que resultan desconocidas para la gente". Es una cuestión de desconocimiento.

La cuestión del “etiquetado”

Lusk sostiene que el uso de etiquetas especiales debería ser obligatorio para aquellos productos que representen un riesgo demostrable para la salud. Pero desde que la comunidad científica se encuentra casi en su totalidad de acuerdo con que los cultivos transgénicos no son más dañinos que los tradicionales, no queda claro porqué habría que indicar en la etiqueta que un producto ha sido elaborado en base a un cultivo OGM,

“Yo he visto sal con una etiqueta que decía No OGM, cuando, por definición, la misma no puede modificarse genéticamente, ya que es un mineral y no contiene ADN”.

Mirando al futuro

La gente debería saber, por ejemplo, que la mayoría del queso que consume está elaborado con enzimas que son productos de la ingeniería genética. Los diabéticos, por ejemplo, usan insulina que está elaborada también con bacterias o levaduras derivadas de la ingeniería genética.

Si provienen de grandes compañías es peor

Una de las mayores preocupaciones que tiene la gente es que hay grandes compañías agroquímicas que se están beneficiando con esta tecnología. Lo hacen porque pueden vender más semillas o herbicidas. Lo que la gente no sabe es que algunos de esos cultivos están siendo producidos por organizaciones sin fines de lucro y por las universidades, y que esos cultivos incluso reducirían la necesidad de insumos químicos o fertilizantes. Algunos de ellos incluso eliminan la necesidad de usar pesticidas y herbicidas al mismo tiempo.

Otras tecnologías, el mismo miedo

Un ejemplo de tecnología que causó también miedo en los consumidores fue la pasteurización de la leche. Por mucho tiempo fue algo extraño para la gente, que no sabía qué pensar acerca de ello. Pero actualmente está ampliamente aceptado y es visto como algo que mejora la seguridad de la leche.

Otra tecnología que fue controversial en su momento fue la del microondas. Y hoy en día todos tenemos uno en casa, pero en los 70 no era así.

¿Porqué la gente se preocupa por algunas cosas y no por otras?

Una de las teorías acerca de cómo responde la gente a los riesgos es que el nivel de riesgo depende de cuán familiar es algo. En general, las cosas que no son familiares serán percibidas como riesgosas. Otro punto que influye es el control. Cuando creemos que tenemos más control sobre algo, tendemos a verlo como algo menos riesgoso.

De cualquier forma, es algo totalmente subjetivo, porque si la gente fuera objetiva respecto al riesgo, entonces estaría mucho más preocupada por los automóviles, que matan mucho más gente por año que cualquier otra cosa.

"Yo espero que la gente sea más positiva en su visión respecto a la biotecnología. La realidad es que muchas de las cosas que generan preocupación alrededor de los OGM, especialmente las que tienen que ver con el uso de pesticidas y herbicidas, desaparecerán, porque la tecnología hará que no sean necesarios" concluyó Jayson Lusk.

Fuente: The Washington Post

Para más info sobre trangénicos lee la siguiente nota:  Cómo lograr un transgénico


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