Cientificos argentinos buscan transformar residuos cerveceros en bioestimulantes agrícolas
Investigadores del CONICET desarrollan un proyecto para transformar el bagazo de cerveza en un bioestimulante que incremente la tolerancia de la cebada a la sequía y las altas temperaturas.
Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) impulsan un proyecto internacional que busca aprovechar los residuos de la industria cervecera para generar bioestimulantes agrícolas. Se trata de BrewSelBar, una iniciativa seleccionada por la Comunidad Europea dentro del programa Horizonte 2024, que propone elaborar un producto capaz de mejorar la tolerancia de la cebada al estrés climático.
La propuesta es liderada por María Gabriela Guevara, investigadora del CONICET y directora del grupo BioqPuímica Vegetal del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB, CONICET-UNMDP). Su equipo trabaja en la utilización del bagazo de cerveza, uno de los subproductos más abundantes de la industria, como materia prima para el desarrollo del bioestimulante.
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El bagazo es el residuo sólido que queda tras la elaboración de cerveza, compuesto principalmente por la cáscara y restos de granos de cebada malteada utilizados durante la maceración. Por su alto contenido en fibras y proteínas, suele destinarse a alimentación animal, producción de bioetanol o como insumo en panificados, aunque en muchos casos termina desechado en basurales, generando un impacto ambiental.
Según la investigadora, "el proyecto tiene por objetivo agregar valor a subproductos de la industria cervecera, que es prominente en la región. Queremos generar un bioestimulante para semillas que incremente la tolerancia de las plantas de cebada al estrés por sequía y altas temperaturas" declaró al CONICET.
Además agregó que: "Esta sería otra forma de aprovecharlo y valorizarlo, ya que el problema de estos subproductos biológicos es que, al disponerse en basurales, incrementan las emisiones de gases invernaderos. Por eso a este tipo de subproductos se les está tratando de buscar nuevos usos".
Parte del grupo de investigación Bioquímica Vegetal del IIB. Fuente: CONICET Mar del Plata.
La aplicación del bioestimulante en las semillas permitirá obtener granos de cebada biofortificados con selenio, a partir de los cuales se buscará producir cervezas funcionales ya que, como señala Guevara: "A nivel mundial, una de cada siete personas tiene una dieta con deficiencia en selenio. Argentina no es una excepción y cuando comemos plantas provenientes de suelos con una baja concentración de selenio o carne de animales que se alimentan de esas plantas, no estamos incorporando el suficiente selenio en nuestras dietas".
¿Cómo será el proceso?
En los laboratorios del CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata ya se realizan ensayos para poner a punto las técnicas de extracción y producción del bioestimulante. La iniciativa contempla avanzar desde pruebas en pequeña escala hasta experiencias piloto de siembra de cebada tratada con el producto.
Durante la última etapa del plan, se evaluará la aplicación de los conocimientos generados en el campo, con la meta de lograr un bioestimulante que permita a los productores enfrentar mejor el impacto del cambio climático sobre la cebada y, en consecuencia, aportar mayor resiliencia a la cadena cervecera.
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