Política Agropecuaria

Acuerdo UE- Mercosur: baño de realismo

En nuestro bloque regional se sienten cómodos con el "agro" como punta de lanza cuando, en realidad, es mucho más frágil la posición de la industria.

Susana Merlo
16 de Enero de 2018

Tanto las deliberaciones de la XI Reunión Ministerial de la OMC (Organización Mundial de Comercio), como las tratativas para reflotar el acuerdo Unión Europea-Mercosur que se iniciaron hace "apenas" 22 años, tuvieron resultados magros (por no decir, mínimos) muy alejados de las expectativas oficiales.

Sin duda hubo un hecho contundente innegable, muy positivo, ya que esta fue la primera vez que tal reunión de más de un centenar de países se realiza en América y, más aún, que el lugar elegido haya sido la Argentina.

Fuera de eso, y al margen del voluntarismo político que pretendía sellar las reuniones con sendos acuerdos, nada de eso ocurrió, y continúan las charlas sin que se blanqueen demasiado cuales son las pretensiones, más allá de la declaración de "libre comercio" que declaman los ministros, pero que casi no cumplen en cada uno de sus países.

En el caso de la UE-Mercosur, el tema es que todo parece estar enmascarado por "el proteccionismo europeo", abroquelado sobre su sector agroindustrial, liderado por Francia (lo cual es histórico).

Sin embargo, a poco de investigar un poco, surge que el bloque sudamericano es el más cerrado del mundo, con algunos aranceles que llegan a superar el 35% . Pocos parecen preguntarse, además, sobre "qué" es lo que se está dispuesto a conceder en la negociación (pues de eso se trata), y así como de este lado se busca flexibilizar los ingresos de productos agroindustriales a Europa, del otro lado pretenden algo similar en productos industriales. Nada se escucha, en tanto, de parte de estos sectores en el Mercosur que, por el momento, parecen sentirse muy cómodos con el "agro" como punta de lanza para frenar y/o impedir los acuerdos cuando, en realidad, es mucho más frágil la posición de la industria.

Al margen de esto, temas como las Denominaciones de Origen (DO), las patentes, el respeto por la Propiedad Intelectual, o el comercio electrónico, entre otros, también forman parte esencial de las conversaciones aunque, en el caso de la Argentina, varios de esos asuntos aún están pendientes en el plano interno, comenzando por las semillas, hasta el comercio de otras tecnologías de avanzada.

Así las cosas, varios funcionarios locales se mostraron "desilusionados" tras los resultados, aunque siguen las conversaciones y no se descarta que "algo" se pueda firmar en Brasil próximamente. Pocos, sin embargo, están analizando los puntos diferenciales que hay ahora para llegar a un acuerdo con Europa.

Es que a diferencia de lo que ocurría cuando se planteó esta negociación, a fines de los ´90, ahora el eje del comercio mundial giró fuertemente hacia Asia, liderado por China.

Otra singularidad es que mientras el gigante asiático, ex-URSS, estaría virando hacia el libre comercio, el hasta ahora adalid de esa causa, Estados Unidos, se estaría cerrando y rechazando, incluso, acuerdos previos ya cerrados.

Este hecho pone a Europa, cuya economía se está recuperando muy fuerte, en una posición única para negociar con China, para lo cual pretendería tener "la llave" de Sudamérica, el gran proveedor de alimentos, después de Estados Unidos.

Y, por ahora, muy poco de eso parece estar pasando por la mente de los productores y empresarios locales.

(Más información en revista Chacra impresa de enero 2017)

Esta nota habla de:
Suscríbase para recibir notificaciones importantes
CHACRA desea enviar noticias de primerísima mano.
Para aceptar basta con hacer click en el botón "Permitir"