Brasil lidera el crecimiento agrícola de la última década
Un informe comparó la evolución de la producción de soja, maíz y trigo en Argentina, Brasil y Estados Unidos entre las campañas 2015/16 y 2024/25., Brasil consolida su crecimiento mientras que Argentina pierde terreno en soja
Un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) comparó la evolución de la producción de soja, maíz y trigo en Argentina, Brasil y Estados Unidos entre las campañas 2015/16 y 2024/25. Los resultados muestran tres trayectorias productivas muy distintas: Brasil se consolida como la economía agrícola más dinámica, Estados Unidos mantiene su liderazgo con estabilidad, y Argentina evidencia un comportamiento desigual, con avances en maíz y trigo, pero retrocesos en soja.
Tres modelos agrícolas en contraste
Mientras Brasil logró expandir su frontera agrícola y mejorar rendimientos, Estados Unidos se mantuvo con un área prácticamente estable pero con altos niveles tecnológicos. En cambio, Argentina experimentó un cambio en la asignación de tierras, con un claro corrimiento de la soja hacia el maíz, producto de mejores precios relativos y menores retenciones para el cereal. Sin embargo, la productividad local no acompañó: los rendimientos no muestran crecimiento sostenido, y en soja incluso presentan una tendencia negativa, vinculada a menores inversiones tecnológicas e incertidumbre macroeconómica.
Soja: auge brasileño y caída argentina
La oleaginosa más importante del Cono Sur reflejó las mayores diferencias regionales. En la última década, Brasil lideró el crecimiento con una tasa promedio anual del 6,9% en producción, impulsada por la expansión de superficie (3,8% anual) y mejoras en manejo y biotecnología. En Estados Unidos, la producción se estabilizó tras alcanzar su techo tecnológico y una superficie agrícola saturada. En Argentina, en cambio, la soja cayó un 2,2% anual, afectada por factores económicos (retenciones altas, restricciones comerciales), climáticos y la competencia del maíz. Se mantuvo con una producción promedio de 47 millones de toneladas, aunque con fuertes oscilaciones: un mínimo de 25 Mt en 2022/23 por la sequía y un máximo de 59 Mt en 2015/16.
Maíz: el motor del crecimiento regional
El maíz fue el cultivo de mayor expansión. Brasil encabezó el crecimiento con una tasa anual del 7,6%, impulsado por el desarrollo del "maíz safrinha" y la incorporación de nuevas áreas en Mato Grosso, Goiás y Paraná. En Estados Unidos, el área se mantuvo estable -unas 33,4 millones de hectáreas- con altos rendimientos (promedio de 109 qq/ha) gracias a la tecnificación y una fuerte demanda interna por el etanol. En Argentina, la producción creció un 3% anual gracias a políticas más favorables, como la eliminación de los cupos de exportación (ROEs) y retenciones menores respecto a la soja. Además, la adopción del maíz tardío permitió reducir el riesgo climático y mejorar la rotación de suelos, consolidando al cereal como el principal dinamizador de la siembra nacional.
Trigo: recuperación argentina y avances brasileños
En trigo, Argentina mostró un repunte sostenido con una tasa de crecimiento del 5,5% anual, impulsado por menores restricciones a la exportación y reducción de derechos. Brasil también exhibió una mejora significativa (6% anual), gracias a inversiones en genética y manejo que permitieron producir en regiones subtropicales tradicionalmente adversas al cereal. En Estados Unidos, en cambio, la producción cayó 0,8% por año debido a menores áreas sembradas, pérdida de rentabilidad relativa y cambios en los programas agrícolas.
Un mapa productivo en transformación
El análisis concluye que Brasil es hoy el país más dinámico del trío, combinando expansión territorial, innovación y avances genéticos. Estados Unidos consolida su estabilidad productiva con altos rendimientos y eficiencia, aunque con menor margen para crecer. Argentina, por su parte, enfrenta un escenario mixto: avanza en maíz y trigo, pero retrocede en soja por falta de incentivos e inversión tecnológica.
La última década dejó una reconfiguración del mapa agrícola global. Brasil gana protagonismo como potencia exportadora, Estados Unidos mantiene su rol de líder tecnológico, y Argentina alterna entre potencial y restricciones estructurales. El desafío futuro será lograr políticas que impulsen competitividad, adopción tecnológica y resiliencia frente al cambio climático.