Graves ataques de palomas destruyen el girasol y el Gobierno admite que no hay soluciones inmediatas
Productores de varias localidades chaqueñas denuncian pérdidas que superan el 50% por ataques de palomas en plena campaña de girasol. El Ministerio de Producción reconoce la gravedad del problema y busca alternativas ante la falta de soluciones efectivas.
Productores de distintos puntos de la provincia del Chaco reportaron en los últimos días daños severos en lotes de girasol a causa del avance de palomas, una problemática que se repite año tras año, pero que este ciclo volvió con una intensidad que alarma al sector. Las Breñas, Villa Ángela, Coronel Du Graty, Hermoso Campo, Santa Sylvina y General Pinedo se encuentran entre las zonas más afectadas.
Los productores aseguran que la depredación es tan significativa que lotes con rindes proyectados de entre 3.000 y 3.500 kilos por hectárea terminaron aportando apenas entre 1.000 y 1.500 kilos. En algunos casos, las pérdidas superaron el 50% del rendimiento esperado, configurando un escenario crítico para una campaña que ya venía condicionada por la variabilidad climática.
El ministro de Producción del Chaco, Oscar Dudik, reconoció la gravedad del problema y admitió que la provincia arrastra "una gran deuda" con esta situación. "Nos estamos ocupando, instalando el tema en la agenda, y analizando qué soluciones están disponibles", sostuvo. Sin embargo, fue claro al señalar que no existe una herramienta de control inmediata que pueda resolver la situación sin generar riesgos ambientales o sanitarios. "Las soluciones drásticas no son viables y debemos trabajar con responsabilidad", agregó.
Ante la urgencia del sector, el Gobierno provincial convocó a una reunión entre productores, técnicos y representantes de organismos vinculados a la sanidad vegetal, que se realizará en Santa Sylvina. El objetivo es consensuar estrategias y evaluar alternativas que sean aplicables en el corto y mediano plazo.
La problemática no es nueva. Desde hace años, distintas zonas del NEA vienen alertando sobre el crecimiento explosivo de las poblaciones de aves granívoras -principalmente palomas, tórtolas y cotorras- que encuentran en los cultivos y en la estructura del paisaje agrícola actual (siembra directa, disponibilidad permanente de alimento y refugio en montes nativos) un ambiente ideal para su proliferación. Aunque se han ensayado métodos de control biológico y acciones de manejo del hábitat, los resultados aún son limitados.
Para muchos productores, herramientas habituales como espantapájaros, ruidos o vigilancia permanente ya no funcionan. "Las aves prácticamente se han acostumbrado a todas las estrategias tradicionales", advierten.
El escenario plantea un desafío creciente para la producción chaqueña, que necesita respuestas efectivas y coordinadas. Mientras tanto, los daños sobre el girasol -uno de los cultivos emblemáticos de la región- vuelven a poner en evidencia la falta de políticas integrales para el manejo de plagas que, lejos de ser anecdóticas, impactan de manera directa en la economía provincial.

