Un "cisne negro" climático: Cambia el escenario en la región núcleo
Este escenario abre grandes oportunidades productivas, pero también riesgos importantes para los cultivos de invierno y el inicio de la gruesa.
El promedio mensual alcanzó 193 mm en las 36 estaciones de la red GEA, de la Bolsa de Comercio de Rosario frente a una media histórica de apenas 30 mm. En algunos puntos, como María Teresa, se superaron los 340 mm.
El fenómeno dejó suelos saturados en el 83 % de la región núcleo, justo cuando comienzan los meses más lluviosos del año. Este escenario abre grandes oportunidades productivas, pero también riesgos importantes para los cultivos de invierno y el inicio de la gruesa.
Trigo: buenas perspectivas, pero con riesgos sanitarios
Pese a los anegamientos, el 80 % del área sembrada de trigo mantiene una condición de buena a excelente y un 25 % se encuentra en estado óptimo. En el sudeste de Córdoba y centro-sur de Santa Fe, los técnicos esperan rindes muy elevados. Sin embargo, la humedad extrema genera presión de enfermedades fúngicas, mientras que la falta de piso complica el ingreso a los lotes para aplicar fungicidas. Además, se reporta una fuerte pérdida de nitrógeno por lixiviación y desnitrificación.
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Maíz: demoras y riesgo de reprogramar la siembra
El inicio de la siembra de maíz temprano quedó demorado por la falta de piso. En varias zonas se estima que habrá que esperar entre 5 y 10 días para reingresar a los campos. En el sudeste de Córdoba y norte de Buenos Aires crece la incertidumbre: se analiza pasar parte de la superficie hacia maíz tardío o soja si septiembre mantiene lluvias por encima de lo normal.
Áreas más y menos vulnerables
Mientras que el oeste de la región muestra una rápida capacidad de drenaje, el este y sur concentran los problemas más graves, con lotes anegados y caminos intransitables. Entre Junín y Chacabuco la situación es crítica: muchos cuadros de trigo podrían perderse y el futuro de la siembra temprana de maíz es incierto.
Un cambio de lógica: de contar milímetros a contar días secos
El informe de la BCR advierte que la región pasó de depender de cada milímetro de lluvia a necesitar días sin precipitaciones para sostener las labores agrícolas. Con un Atlántico cálido que podría aportar aún más humedad y suelos completamente recargados, la incertidumbre marcará la campaña en los próximos meses.