En la región pampeana argentina, las malezas han sido consideradas históricamente como una de las adversidades biológicas más importantes pues limi­tan significativamente el rendimiento de los cultivos. Es así que la difusión masiva de los cultivares de soja tolerantes a glifosato (RR) se sustentó, en gran medi­da, en la factibilidad de controlar malezas fácilmente y a un costo relativamente bajo.

En las últimas décadas el enfoque alternativo más utilizado para solucionar el problema de las malezas consistió en el uso de herbicidas. Su alta eficacia condujo a la idea de la erradicación de malezas, con­tinuamente renovada por el desarrollo frecuente de nuevos herbicidas y repetidamente frustrada debido a la compleja realidad del problema. A pesar de la continua generación y sustitución de diversos her­bicidas, en las últimas dos décadas no fue posible erradicar a las malezas sino que por el contrario se seleccionaron genotipos tolerantes y/o resistentes a algunos principios activos.

Así la importan­cia de las malezas en la región, parece responder a la consolidación de un modelo productivo basado en escasas rotaciones y en una alta dependencia de un número reducido de herbicidas.

En el siguiente cuadro se pueden observar las diferentes malezas que acompañan a los cultivos de grano estivales.

Principales malezas según zonas:

Malezas resistentes a herbicidas en Argentina

En nuestro país, hasta el año 2005, el único caso de resistencia documentado correspondía a yuyo colorado (Amararanthus quitensis) resistente a her­bicidas inhibidores de la enzima acetolactato sinta­sa (ALS) ej. imazetapir, clorimurón etil. Asociado con carac­terísticas específicas del glifosato, se estimaba una baja probabilidad de que las malezas desarrollaran resistencia a este principio activo; no obstante hasta la fecha, a nivel mundial, se han detectado 16 casos de resis­tencia a glifosato en distintas especies de malezas (Heap, 2009) y en Argentina se han registrado bioti­pos de sorgo de Alepo y de raigrás anual resistentes a ese herbicida.

Sorgo de Alepo

El sorgo de Alepo es una gramínea de ciclo estival, perenne. Presenta un ciclo anual de crecimiento que se inicia en primavera, fructificando en verano y multiplicándose a través de rizomas o semillas. La fracción aérea no sobrevive a las bajas temperaturas del otoño tardío y del invierno.

El rango de agroecosistemas invadidos en el país es muy amplio, abarcando desde los campos bajo regadío del valle del Río Colorado y de la región cuyana, hasta los sistemas de cultivos intensivos y extensivos de secano en la pampa ondulada, el NOA y el NEA. En stands muy densos, la producción de semilla del Sorgo de Alepo alcanza a 40.000, 15.000 y 5.000 unidades en cultivos de maíz, avena y rastrojos, respectivamente.

La forma de dispersión se da a través de distintos agentes, como es el agua de irrigación y también por escorrentía superficial. Los herbívoros que la consumen  eliminan las semillas a través de las heces, con diferente nivel de dormición, sin pérdida de viabilidad y las aves también puedan dispersar a esta maleza. Sin embargo, la fuente principal de dispersión es antrópica: En los granos o semillas para la siembra contaminadas o en el equipo de cosecha.

Manejo:

El diseño de una estrategia de manejo integrado de esta especie debe enmarcarse en un programa de secuencias de cultivos y barbechos, que implique el cumplimiento oportuno y sistemático, de cuatro objetivos centrales.

a) Destruir la población de yemas existentes en los rizomas (“rizomas primarios”).

b) Impedir o reducir la formación de nuevos rizomas (“rizomas terciarios”).

c) Impedir o reducir la producción y/o aportes de semillas.

d) Disminuir la población de semillas en el banco.

Control mecánico y cultural:

La exposición de rizomas a condiciones adversas durante los barbechos ha sido una de las tácticas de control mecánico más utilizada, especialmente antes de la aparición de herbicidas selectivos. Estudios realizados han demostrado que cuando el contenido de agua de los tejidos de los rizomas decae por debajo del 25% del original, la viabilidad de las yemas es casi nula. Las temperaturas extremas del invierno causan mortalidad de yemas: temperaturas de -2 a -4 º C por unas pocas horas también causan la muerte de las yemas: reducidos niveles de fructosanos (28, 47) o de ácidos grasos no saturados, parecen explicar la intolerancia de los rizomas a bajas temperaturas.

Control químico:

Como principio general, los herbicidas de aplicación al suelo (“residuales”)logran un eficaz control de las semillas, al afectar el crecimiento del coleoptile y/o la radícula cuando se inicia su germinación, pero no son eficaces (con algunas excepciones) en los rizomas. Por el contrario, todos los productos de aplicación postemergente y principalmente los sistémicos (con limitaciones en algunos principios activos), como es el caso de los graminicidas (Fop´s y Dim´s), el Dalapon, las imidazolinonas o incluso algunas sulfonilureas, son muy eficaces en plantas originadas de rizoma. Por supuesto, también controlan eficazmente a las plantas emergidas de semilla.

El Ing. Agr. Luis Lanfranconi, del INTA Río Primero, explicó a revistachacra.com.arque “todo proceso tecnológico tiene pros y contras. Lo que hoy sucede es un problema, pero la tecnología de la siembra directa y la soja resistente al glifosato permitió detener la erosión y duplicar la superficie cultivable”.

Una de las bases del manejo radica en disminuir la dispersión de las semillas de malezas especialmente durante la cosecha. Pero para tener éxito se necesita una actitud proactiva por parte de todos los actores de la producción.

Desde la EEA Obispo Colombres, en Tucumán, el Ing. Agr. Ignacio Olea destacó que en el norte los fenómenos biológicos se presentan en mayor grado por la mayor temperatura y radiación: “La realidad es muy compleja ya que controlar individuos una vez emergidos es muy difícil, y es un momento en el que el glifosato es poco útil. Muchos de los productos son muy específicos en cuanto a los momentos y las condiciones ambientales y la efectividad dependerá de su cumplimiento”.

Más allá de la complejidad propia del sistema productivo se puede afirmar que a las malezas hay que controlarlas cuando están germinando con herbicidas de tipo residual en barbecho.

Rama Negra:

El Ing. Santiago Barberis, especialista del INTA,  detalló las prácticas de manejo más adecuadas para controlarla. Consideró fundamental prestar suma atención en las aplicaciones de herbicidas para no generar resistencias.

El especialista destacó la importancia del tratamiento a tiempo de la maleza ya que una vez que elonga el tallo por encima de los 30cm se dificulta el control de las plantas. Realizar un tratamiento efectivo es fundamental  ya que una planta puede dispersar entre 3000 y 5000 semillas y colonizar otros lotes con la ayuda del viento y la maquinaria. “El efecto sobre el rendimiento puede ser generalizado y provocar pérdidas totales  si no se la controla a tiempo” declaró Barberis.

Por otro lado el especialista sostiene que el doble golpe (tratamiento con sulfosato más 2,4 D por ejemplo, más un desecante a los 7 a 10 días) no debería  utilizarse como una herramienta de manejo sino como una herramienta de escape. “Hay que utilizarlo únicamente cuando no se encuentra otra alternativa”  afirmó el experto.

Amaranthus Palmeri:

Otra de las malezas que genera gran preocupación e incertidumbre entre los productores es Amaranthus palmeri. La misma es originaria del sur de Norteamérica. En Argentina se introdujo en el año 2000 y la dispersión aumenta de forma acelerada fundamentalmente en las provincias de Córdoba y Santa Fe.

Es una especie C4 con una tasa fotosintética que duplica a la de la soja y algodón y supera ampliamente a la del maíz; es muy tolerante al calor y a sequías y, como si esto fuera poco, cuando las condiciones ambientales mejoran aumenta el crecimiento.

El crecimiento en EE.UU puede superar los 2-3 cm/día por eso “hay que estar muy atentos debido a que no nos da tiempo a la aplicación de herbicidas” advierte Sergio Morichetti, Ingeniero Agrónomo de la Universidad Nacional de Río Cuarto, con una Maestría en Ciencias en la Universidad de Florida, gran experto en el tema. Por otro lado presenta una gran producción de semillas,  entre 200.000 y 600.000 semillas/planta, y el principal causante de su dispersión es la cosechadora.

“La estrategia de control debe ser integral, no existe una única herramienta de manejo” explicó el especialista. Es recomendable aplicar herbicidas pre-emergentes como práctica cultural para apoyar la acción de los post-emergentes..

“Hay que estar muy atentos y controlar la maleza tempranamente para evitar futuras resistencias” enfatizó Morichetti.

Finalmente se detallan las especies que presetan tolerancia al herbicida más utilizado en el ambiente.