Ambiente y producción

Manejo del riesgo hídrico

En las zonas que sufrieron severas inundaciones se instaló el desafío de ajustar la estrategia productiva al Cambio Climático,

Chacra
6 de Diciembre de 2017

Las últimas dos campañas agrícolas fueron un antes y un después para la producción agropecuaria de la zona central del país. Los excesos hídricos afectaron fuertemente la producción y los estados financieros de los productores. 

Lo marcan las estadísticas del Ministerio de Agroindustria al sumar eventos de emergencias en este período de 24 meses. Y uno de los temas que ocupó el centro de la escena del XXV Congreso de Aapresid, fue la relación entre ambiente y Cambio Climático, y su impacto en la agricultura.

De esta manera, quedó planteado un nuevo desafío agronómico: ¿Cómo ajustar la estrategia productiva ante la llegada de extremas contingencias climáticas como las atravesadas las últimas dos campañas?

La inclusión del Cambio Climático, vinculado con los excesos hídricos, está relacionada con los ajustes técnicos de acuerdo a la aptitud productiva de la región. Es decir, que aquellas zonas con mayor potencial agrícola se inclinan a la decisión de intensificar la rotación de cultivos y los ajustes en las dosis de fertilización, mientras que las zonas mixtas ven en la ganadería una mejor alternativa.

Uno de los aspectos desafiantes de este fenómeno de excesos hídricos es que los riesgos de todos los ambientes se asemejan, de esta forma, buscar bajarlo de acuerdo al potencial de cada uno es la cuestión más importante.

Tomás Bustillo, que es asesor del grupo CREA Cañada Seca, en el sur de la provincia de Córdoba, explica que la mayoría de los productores de su grupo vienen ajustando las decisiones agrícolas y van copiando el terreno, según el riesgo de cada ambiente. Es decir, que los altamente riesgosos o los intermedios van quedando fuera de la planificación para practicar agricultura y ganadería. Este grupo, junto con otros cuatro del sur cordobés, fueron de los más afectados por los excesos hídricos del fin del verano pasado.

De todas formas, Bustillo continúa y explica que aquellos productores con esquemas mixtos buscan en la ganadería una alternativa para bajar el riesgo de todo un sistema, se deciden por la agricultura en los ambientes seguros de los campos y la indefinición está centrada en los ambientes intermedios, en los cuales la napa está muy cerca de la superficie. Solo destaca que muy pocos casos de lotes con potencial agrícola se siembran con una pastura para confirmar un fin ganadero de ese sitio.

El técnico también aclara que un planteo se "ganaderiza" como forma de hacer frente a los excesos hídricos, sobre todo, en los casos en que la actividad ya es parte del planteo porque volver a la compra de hacienda o reinvertir en ella, actualmente, tiene costos altos actualmente. Asimismo, señala que la hacienda no siempre es la mejor alternativa y muchos productores padecieron las últimas inundaciones por los severos inconvenientes con el retiro de las vacas del campo.

Dentro de este grupo del sur cordobés, el trigo había sido la mejor opción en los ambientes en los que se había podido sembrar y fue la primera herramienta para aprovechar el agua excedente. Sin embargo, la repetición de algunas lluvias intensas durante el mes de junio malogró mucha superficie triguera. En algunos casos, comenta Bustillo, algunos productores resembraron y otros dieron por perdido el planteo.

Debido a que este tipo de situaciones de pérdidas de lotes que se dio en diversas zonas de la provincia de Córdoba, en muchos contratos de arrendamiento apareció una clausula de pago por la superficie efectivamente cosechada y no por el área sembrada. Sin embargo, Bustillo comenta que, contra cualquier suposición, en campos arrendados con problemas de agua, el valor del alquiler de la tierra no sufrió un ajuste a la baja en los ambientes en los que era seguro sembrar.

Por su parte, Luciano Ascheri, que es asesor en el sudeste cordobés, comenta que el ajuste más importante en ambientes de alto potencial que se dio en su zona debido a los excesos hídricos fue la intensificación de las rotaciones.

Allí, las abundantes precipitaciones están favoreciendo la mayor participación de cereales invernales en la rotación; el trigo viene creciendo desde un piso de 20% hasta la actual campaña con un 45% de participación. Según el técnico, es una superficie récord. Así como el trigo es el cultivo estratégico del invierno, el maíz es el de verano. Ambos los combinan dentro de una rotación con el propósito de capturar la mayor cantidad agua disponible de agua de los suelos y transformarla en potencial de rendimiento.

Por otra parte, afirma el asesor, se ajustó el momento de la aplicación de fertilizantes, para evitar los momentos de excesos y que eso ocasione el lavado del fertilizante nitrogenado. Más allá de estos ajustes temporales en la aplicación del producto, las dosis crecieron hacia arriba para poder lograr rendimientos de trigo y maíz superiores a los estimados.

(más información en revista Chacra impresa de noviembre 2017)

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