Minihortalizas para un mercado no tan mini
Las hortalizas baby son variedades que requieren semillas especiales, y mayores cuidados durante la siembra y la cosecha, que se justifican por el creciente interés que generan en el mercado.
Las mini hortalizas, llamadas también hortalizas baby, son variedades más pequeñas que las conocidas por todos, con igual forma y color que sus pares tradicionales, pero con la ventaja de que se pueden servir enteras en el plato. A veces, como en el caso de la minizanahoria, incluso con mejor sabor. “Empezamos a trabajar con estas especies por pedido de los chefs del mundo gourmet, que necesitaban zanahorias o remolachas tamaño plato, sin cortarlas”, explica el ing.agr. Agustín Benito desde el establecimiento Sueño Verde, “de esta manera se incorporan en la cocina y le dan un toque especial a las guarniciones y ensaladas”.
“Estamos haciendo los minis hace nueve años”, agrega el Ing. Agr José Dias, y nos enseña que son variedades y/o híbridos que se hacen para este propósito, con un tamaño limitado biológicamente. “También tienen diferentes características organolépticas. La minizanahoria es más dulce, y tiene menor proporción de médula que las zanahorias comunes, lo que las hace más tiernas”, agrega y explica que las zanahorias comerciales tienen poco sabor y mayor dureza, porque tienen que resistir el proceso de las lavadoras industriales.
El cultivo de las minihortalizas se hace bajo cubierta, y para ello se utilizan semillas que se traen de todo el mundo. Algunas tienen buena aptitud productiva y una buena respuesta comercial, mientras que otras fueron quedando por el camino por diversos factores. “Hay algunos productos, como los minitomates que logramos, que eran como los platenses pero con poco diámetro, que los discontinuamos porque tenía poca vida de postcosecha”, cuenta Dias, “ahora estamos ensayando con una variedad de minisandías, con frutos del tamaño de un dedo”.
Los baby vegetales son de otoño/invierno y primavera, como la minirremolacha, la minizanahoria, el minipuerro y el minihinojo. Aquí también se producen baby frutos, que son básicamente minipimientos, minizuchinis y miniberenjenas, en verano/ otoño, y es lo que completa la cartera de la línea baby, de lo que es hortaliza con volumen.
Si bien el manejo es similar a cualquier especie hortícola, estas variedades, al ser más pequeñas, tienen mayores costos de producción. Los vegetales baby de fruto se trasplantan, con distancias de plantación determinadas, se conducen, y se mantienen con redes. Se utiliza el mulching para hacer control de malezas y mantener la humedad. En zanahoria o remolacha, se hace una siembra en línea a chorrillo, más densa que los cultivos tradicionales, porque hay que poner más semillas por metro cuadrado para optimizar el rendimiento. Este costo de producción, sumado a que el rendimiento por metro cuadrado es más bajo, es lo que justifica luego el precio diferencial de este nicho.
Los ciclos son un poco más cortos que en la horticultura tradicional, en algunos productos como berenjena, remolacha, y puerro. La cosecha es manual, y es más difícil, porque hay que desenterrar con horquilla las zanahorias, o las remolachas, o cortar los frutos, tarea que se hace uno por uno manualmente. Esto aumenta los costos por kilo, porque si en los productos tradicionales, con cuatro o cinco unidades se llega al kilo, como en berenjenas o pimientos, en estos casos se duplican. “El tiempo de cosecha que lleva cada kilo es mucho más que las hortalizas comunes”, agrega el ing. agr. Dias.
Un mercado interesante
Si bien estas variedades nacieron para cubrir una demanda muy específica que provenía de la alta cocina, el mercado se ha ido ampliando hasta el consumidor final. Mucha gente busca agregar algún detalle original a sus platos, y gusta de agasajar a sus invitados con recetas originales y presentaciones especiales, y estos minifrutos calzan a la perfección con esos deseos. “Con minihortalizas tenemos una fuerte presencia en supermercados y se los puede encontrar en las góndolas presentados en bandejas. Hoy lo que más se consume es la minizanahoria, y también se venden minihinojos, miniremolachas y frutos baby. Hay mucho para crecer en el mercado interno, y sobre todo en el interior. Si bien estamos presentes en hoteles de todo el país, nos falta llegar a la boca de los supermercados locales, y hay mucho por desarrollar”, indica el ing.agr. Benito, “Estamos trabajando en mejorar nuestro posicionamiento y en difundir estos productos en todo el país para que nos conozca el consumidor final. Ahora estamos presentes en ferias como Buenos Aires Market y Masticar, donde tenemos más contacto con el público, y notamos cada vez más interés en probar alternativas en la cocina”.
En Sueño Verde son muy celosos de la calidad de sus productos, por eso se ocupan de toda la cadena, desde la búsqueda de semillas, la siembra, la cosecha, el proceso en su planta, la distribución con transporte propio y la venta en forma directa.