El cordero se queda en la Patagonia
Si bien la exportación de cordero patagónico fue impulsada por el gobierno durante los últimos años, las ventas lejos de aumentar, caen
A pesar de que el cordero patagónico es un emblema de la región de la cual provienen los principales referentes del gobierno kirchnerista, en la última década la producción ovina, lejos de crecer, se pauperizó.
La mayor parte de las exportaciones de carne ovina se realizan por medio de la posición arancelaria 0204.42.00.100Y, la cual tiene un derecho de exportación del 5,00% con un reintegro también del 5,00% (es decir: una retención efectiva del 0%). El resto de las posiciones arancelarias tributan retenciones efectivas que oscilan entre 0,95% a 2,30%.
A pesar de esa ayudita (los cortes bovinos argentinos están gravados con un derecho de exportación efectivo del 15,0%), la exportación de carne ovina es decadente: en lo que va del presente año se declararon 841 toneladas por 3,61 millones de dólares versus 1418 toneladas por 6,38 millones de dólares en el primer cuatrimestre de 2014.
Uruguay, una nación que cuenta con un territorio de tamaño inferior al de la provincia de Buenos Aires, en lo que va del presente año (al 18 de abril) registró ventas externas de 3.558 toneladas de cortes ovinos por un valor de 21,2 millones de dólares, según datos de Inac.
En la última década tampoco se pudo revertir la creciente informalidad presente en el sector: datos oficiales del Minagri indican que la faena ovina registrada por Senasa en 2014 fue de 823.416 cabezas sobre un total estimado de 3,166 millones.