Aromáticas: ¡no pueden faltar!
Las especies aromáticas son aliadas estratégicas para el manejo orgánico de una huerta: protegen a los cultivos de enfermedades, insectos y otras amenazas.
Las plantas aromáticas no sólo son excelentes aliadas en la cocina, donde ponen su toque de distinción para realzar los platos cotidianos aportando color, aroma y sabor. También resultan útiles y beneficiosas en las huertas donde, a medida que crecen, colaboran a mantener la salud de las otras especies cultivadas. Por eso, es fundamental su introducción en las huertas, sobre todo en las que tienen un manejo orgánico. “Las plantas aromáticas y medicinales contribuyen a un aumento de la biodiversidad de las huertas orgánicas, con la finalidad de controlar plagas que afectan los cultivos, haciendo que nuestro huerto se parezca más a un sistema natural en equilibrio donde conviven armoniosamente las hortalizas, flores, hierbas aromáticas y yuyos”, explicó la ing. Agr. Paula Pérez Mate, referente del programa ProHuerta en la Chacra Experimental de Barrow, ubicada a una legua y media de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires. La especialista continuó: “introducir plantas aromáticas y medicinales en la huerta orgánica implica una medida preventiva para impedir la aparición de plagas y enfermedades. La diversidad de aromas y colores provoca confusión en los insectos al afectar sus sentidos, dificultándoles ubicar su vegetal favorito. Algunas especies actúan a través de su acción repelente. Una práctica agrícola es utilizarlas como plantas trampa o para atraer insectos benéficos”. Como ejemplo de esta labor, la albahaca se suele intercalar entre los cultivos en el tablón con el fin de atraer pulgones y otros insectos transmisores de virus.
La huerta orgánica responde a las características de cada lugar, pero para que las aromáticas y medicinales cumplan la función deseada es necesario tener en cuenta que hay especies perennes y especies anuales. Como ejemplos de las perennes, Pérez Mate citó al romero, la lavanda y la melisa, que por su larga vida y su tamaño puede formar parte del cerco vivo, el cual crea una barrera que a la vez resulta útil y estética. “Las anuales como el coriandro, la mostaza, y el eneldo, pueden encontrar su lugar en el cerco y entre las hortalizas”, agregó.
En el caso de la siembra de aromáticas en las huertas, también se tienen en cuenta los conceptos de rotación y asociación, siempre adecuándolos a los ciclos de las mismas. “La rotación de plantas es una práctica que tiene como finalidad mantener una adecuada fertilidad del suelo y evitar la aparición de plagas y enfermedades”, recordó la ingeniera. En las asociaciones, por otra parte, se tienen en cuenta cuáles se complementan con los cultivos de la estación y qué ventajas aportan estas asociaciones. En este punto, nos brindó varios ejemplos prácticos: “Cuando asociamos eneldo con repollo y zanahorias, se disminuye la cantidad de gusanos que atacan al repollo. La menta cerca de las coles (brócoli, coliflor, repollo, etc) aleja las plagas que atacan a estas plantas. Intercalar salvia común entre repollos y zanahorias aleja a los dípteros (moscas) a través de una acción repelente. Las plantas de tomillo en el tablón de los repollos impiden la presencia de la lagarta de las hojas y la mosca del repollo. Al sembrar mostaza entre los repollitos de Bruselas se regula la presencia del pulgón del repollo. La mostaza actúa como planta trampa y además atrae a los insectos que comen y parasitan a los insectos plaga”. Todas estas asociaciones corresponden al período otoño/invierno. También hay asociaciones beneficiosas para primavera/verano:
La caléndula en los tablones de tomate repele los gusanos del tomate. La albahaca intercalada entre las líneas de tomate, evita el ataque de insectos.
Esta aromática también se considera planta trampa de pulgones y repelente de insectos en general; con mayor incidencia sobre la chinche. Las plantas de tagetes entre los tomates, por otra parte, evitan a las polillas del tomate.
Para complementar el manejo orgánico de este tipo de huertas, se pueden utilizar diversos preparados caseros que también tienen como base a las aromáticas y medicinales. Ya sea en forma de maceración, decocción, infusión, purín, polvo o extracto de flores, siempre hay alguna alternativa para controlar la plaga o enfermedad que esté afectando a la huerta.
Cómo cultivarlas
“Las especies aromáticas se siembran en otoño-invierno y/o en primavera-verano, esto depende de las diferentes especies utilizadas. Pero los almácigos se pueden realizar tanto en otoño-fin de invierno como en primavera; la división de matas en otoño-invierno y también en primavera. Finalmente, la siembra directa por estolones, a fines de invierno y principios de primavera “, indicó la ing. Agr. Paula Pérez Mate. Las recomendaciones para cada caso son: cuando se siembra por semilla, si se trata de semillas muy pequeñas, como las del tomillo, conviene sembrar primero en almácigo, distribuir las semillas en forma rala o en líneas y cubrirlas con una fina capa de tierra desmenuzada. Cuando la siembra se realiza en forma directa, se dejan caer las semillas a surco corrido y luego se realiza un raleo para facilitar el desarrollo normal de la planta (por ejemplo coriandro).
Si el cultivo es por estaca, corresponde sacar gajos de 15 a 20 cm, que se cortan de las ramas del último año de las plantas adultas, se sacan las hojas de la base y se cortan las puntas. Se disponen en un estaquero separadas entre sí unos 15 a 20 cm en todo sentido hasta que enraícen y se puedan transplantar. Así debe hacerse, por ejemplo, con el romero.
Otro tipo de siembra es por división de matas. En este caso, se obtienen varias plantitas de una planta adulta, partiéndola en trozos con raíz, tallos y hojas: se podan tanto la parte aérea como las raíces y se plantan. Así se realiza con el orégano. También se puede hacer un proceso de división de raíces, que consiste en plantar trozos de raíz, como se puede hacer con el estragón.
Finalmente, están los llamados estolones, que son tallos que crecen debajo y sobre la superficie del suelo. Se separan de una planta vigorosa, se plantan a una profundidad aproximada de 5 a 10 cm y desarrollan nuevas plantas, como se puede hacer con la menta.
Recolección y conservación
Si se quieren aprovechar las virtudes de las aromáticas y medicinales fuera de la huerta, hay que tomar nota de algunos consejos a la hora de recolectarlas, de manera de que no pierdan sus propiedades. En algunos casos, se saca solamente una parte de la planta, por ejemplo, la flor. En la Chacra Experimental Barrow dan el siguiente instructivo:
· Cuándo es mas oportuna la recolección
Si son hojas: justo antes de que las flores estén completamente abiertas.
Si son flores: antes de abrirse totalmente.
Si son raíces: al final del período de crecimiento (otoño)
Si son frutos: en general en el momento de su madurez.
- No recolectar plantas enfermas.
- No recoger todos los ejemplares de una especie en un solo lugar.
- No recoger todos los frutos o flores de una sóla planta.
- No arrancar la planta con raíz.
Una vez obtenido el producto deseado, hay que proceder a secarlo para que se conserve un tiempo en la despensa. Si son flores u hojas, deben secarse a la sombra, mientras que las raíces y hojas gruesas deben secarse al sol. Para este proceso, recomiendan atarlas en ramilletes a una soga o colocarlas sobre dispositivos enrejados de malla metálica o tela en lugares secos y ventilados, y remover las partes para que el secado se haga en forma pareja. El lugar debe estar a salvo de insectos y polvo y la planta debe conservar un porcentaje mínimo de su humedad. Si deja su color verde, significa que ha perdido todas sus propiedades. Para su conservción, se debe guardar el producto secado en frascos con tapa hermética en lugares frescos, secos y oscuros. Se recomienda etiquetar el envase con el nombre de la especie y la fecha de recolección, ya que se pueden utilizar por un año manteniendo sus propiedades intactas. Nunca hay que usar como envases bolsas de nylon ya que favorecen la producción de moho.