Elecciones británicas

Los ingleses votaron con contundencia al oficialismo conservador

David Cameron fue reelecto: ganó con mayoría absoluta y gobernará hasta 2020. Debacle laborista y avance del independentismo escocés

8 de Mayo de 2015

El primer ministro, David Cameron, y su Partido Conservador obtuvieron una victoria sorprendentemente sólida en las elecciones generales británicas, al obtener 329 bancas en la Cámara de los Comunes -3 por encima de la mitad y 22 más que en 2010- contra las 234 que cosechaba el laborista Ed Miliband, segundo pero muy lejos de las expectativas que presagiaban las encuestas.   

El resultado contradijo los sondeos que sugerían una reñida carrera entre los conservadores y el Partido Laborista de oposición. Así, Cameron se queda en el 10 de Downing Street de Londres para iniciar un segundo mandato, con suficientes escaños como para no depender del apoyo de los partidos más pequeños para promulgar su agenda.

Se esperaba que hoy viaje al Palacio de Buckingham, en la campiña londinense, para ser invitado por la reina Isabel para formar un nuevo gobierno.

La votación fue una decepción impresionante para el laborismo y su líder, que había virado a su partido lejos de la estrategia más centrista que persiguió a finales de 1990 y principios de 2000, de la mano de Tony Blair. Ahora se espera que Miliband dimita como líder y abra un nuevo debate sobre la dirección del partido.

A su vez, el laborismo fue casi aniquilado en Escocia por el creciente Partido Nacional Escocés, que  superó el 50% de los votos en su región y acaparó 56 de los 59 escaños en juego allí, un logro sin precedente. Serán la tercera fuerza en Westminster, el Parlamento Británico, famoso por su torre reloj, el Big Ben. 

En el resto de Gran Bretaña, el laborismo  hizo una elección más pobre que lo que las encuestas preelectorales habían sugerido. Varios de los principales lugartenientes de Miliband perdieron sus escaños.

"Esto ha sido claramente una noche muy decepcionante y difícil para el Partido Laborista", dijo Miliband, en el discurso en el que aceptó su derrota, pese a la cual mantendrá su asiento en la Cámara de los Comunes.

"No ganamos lo que queríamos en Inglaterra y Gales", dijo Miliband "y en Escocia hemos visto a una oleada de nacionalismo abrumar a nuestro partido".

Los resultados también fueron un desastre para Nick Clegg y sus centristas liberales demócratas, que han sido el socio menor en una coalición con los conservadores. Clegg se aferró a su asiento en la Cámara de los Comunes, pero señaló que consideraría hacerse a un lado como líder del partido.

"Es dolorosamente claro que esto ha sido una noche cruel y de castigo para los demócratas liberales", dijo Clegg, viceprimer ministro en el gobierno de coalición saliente de Cameron.

El resultado fue una especie de shock para los británicos, porque de acuerdo a las encuestas que presagiban un empate se preparaban para semanas de negociaciones luego de las elecciones, entre los conservadores y el laborismo. Frente a la posibilidad de improvisar una coalición viable, ahora tienen un liderazgo consolidado


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