Editorial

Objetivo octubre

Contra su voluntad, al agro vuelve a tirarle una soga al ministro candidato, que apunta como sea al balotaje. La nueva versión del dólar soja o como se llame lo está ayudando a contener la disparada de los dólares financieros y el paralelo. Y le otorga una vida más.

Claudio Gianni
7 de Septiembre de 2023

Era un secreto a voces que el gobierno tenía guardada unamedida como esta para estirar el Plan Llegar y ponerse a laspuertas de octubre con chances de pelear el balotaje. Elministro candidato sabe de sobra que la suba de los dólares quepertenecen al mundo real constituye una amenaza para sus posibilidades, y sacó el as que todos sospechaban tenía ocultoen una de sus mangas.

El nuevo dólar soja, o como se lo quiera denominar, anduvo a lostumbos, conoció globos de ensayo, idas y vueltas, desmentidasvarias, y parece que finalmente arrancó. Si bien es tempranopara bajar el martillo, los resultados del último jueves tienenuna impronta distinta.

Ello obedece a una cuestión fundamental: aparecieron preciosmínimamente atractivos. Las primeras apuestas del mercado, entorno de los $145000, recibieron una respuesta fría por partede los productores, pero durante el día de ayer los valores,alrededor de $10000 a $15000 arriba de aquella marca,empezaron a encontrar cierto feedback entre los hombres decampo.

De hecho se estima que hasta el jueves ya se habían negociadobajo esta modalidad algo más de medio millón de toneladas desoja. El gobierno aspira a conseguir entre 2.500 y 3000millones de dólares, y el ritmo alcanzado durante el día de ayerle genera ciertas ilusiones.

Los precios estarían indicando finalmente que se dio un 75% avalor del dólar oficial y un 25% ligado a un dólar de muchomayor valor, probablemente contado con liqui. O algo parecido.Es muy difícil hacer la cuenta correcta, porque a diferencia delas movidas anteriores está vez no hay una paridad definidaformalmente.

Seguramente el hombre de campo no está recibiendo el precioen dólares que estrictamente corresponde, siempre algo quedaen el camino, más aún cuando existe tanta carencia deprecisiones, pero más de uno no puede desaprovechar un valorincrementando en pesos para cubrir distintos compromisos.

El tema es que Massa logró un primer objetivo: bajarles laespuma a los dólares alternativos. Junto con los distintoscongelamientos que ha dispuesto recientemente -incluso el deldólar oficial- apuesta a un índice de inflación mejorado paraseptiembre, convencido de que uno y otro proceso lo pondrán decabeza en la segunda vuelta electoral.

El candidato sueña con una inflación de un dígito al cabo de estemes. Algunos comprarán su capacidad para dominar la suba deprecios, aunque pocas cosas puedan estar más lejos que un logrode este tipo. Como además está en una estrategia de ir por unanuncio cada día, la sensación de una avalancha superadorarondará las cabezas de quienes adhieren a alguno de lospartidos integrantes de la coalición de gobierno.

Massa hasta se animó a decir que piensa eliminar impuestos nibien se siente en el sillón de Rivadavia, a pesar de tener undéficit fiscal que no puede financiarse de ningún modo.Anuncios y más anuncios. Muchas promesas. Absoluta ausenciade explicaciones vinculadas con la puesta en práctica de estasmedidas. Ganancias es el 2.5% del PBI, ¿cómo va a compensarese agujero? Silencio stampa.

Mientras parte de la población se distrae con estas cuestiones,se sigue sumando gente al Estado, lejos de la austeridad algunavez prometida en materia de puestos públicos. Se refuerza elcepo a los dólares financieros y a las importaciones, a pesar deque buena parte de la industria está apagando sus máquinas porfalta de insumos. Entre el dólar soja y la plata que puso el FMI, elBanco Central surfea la ola.

En medio de todo este desaguisado, el productor hace lo quepuede. Dicho hasta el cansancio, el esquema que por estos díasparece ganar vuelo no hace sino profundizar la destrucción delmercado de soja que conocimos. Es hasta previsible que se lereconozcan menos dólares al productor por su tonelada deporoto, porque es el que ante un precio más o menos razonable semuestra más apurado por vender dentro de la ventana acotadadel programa.

Ni siquiera queda la certeza de que este sea el último dólarsoja. Massa sigue con vida en la contienda electoral. En teoríasus chances en caso de arribar al balotaje serían pocas, peronunca se sabe. ¿Por qué habría de hacer algo distinto de lo queha venido haciendo desde hace meses en caso de una hipotéticapresidencia? Lo cierto es que una parte del electorado no estáconsiderando esta flagrante contradicción.

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