Entidades del agro valoran el diálogo con el Gobierno, pero suman críticas

 A pocos días de que termine el 2016, los representantes de algunas entidades agropecuarias buscan hacer un balance de año y delimitar cuestiones fundamentales que hoy preocupan a sus asociados. De esta manera, recientemente se reunió el Consejo Directivo de Federación Agraria Argentina (FAA) y otro tanto hicieron en Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

En líneas generales ambas entidades celebran el diálogo con el Gobierno nacional pero expresan una profunda preocupación por la crisis que atraviesa la actividad láctea y por la demora en la sanción de la Ley de Semillas.

Más políticamente correcto Dardo Chiesa, presidente de CRA, detalla en su tradicional editorial mensual: "A lo largo de este 2016 hemos sido consecuentes a la hora de marcar los grandes aciertos, como así lo que no se ha hecho. Pensarnos en una convivencia social es fundamental de cara a lo que viene, en la que disentir no signifique entrar en disputas irrecuperables, como lamentablemente sucedió en los últimos 12 años gracias a un Gobierno encerrado en una disputa de amigo vs. enemigo".

Con espíritu un tanto más combativo desde FAA explican en un comunicado: "A pesar de que se abrieron espacios para el diálogo institucional, la tendencia previa en lo económico se agravó. Y por eso advertimos con preocupación, al cierre de 2016, que el próximo podría ser un año con inversiones a gran escala, pero con más pequeños productores en crisis".

La entidad federada va todavía más allá y advierte "la suba de costos hizo que aumentaran los precios de los cultivos, pero no sus márgenes. No hubo medidas efectivas que generen oportunidades para las economías regionales y los pequeños productores, en su inmensa mayoría hoy está con ingresos por debajo de un salario mínimo. La suba de costos tras la quita de retenciones al maíz y la devaluación, trajo problemas a la producción porcina, lechera y avícola. Numerosos chacareros debieron malvender sus cerdos y abandonar la actividad en la primera parte del año. Se perdieron tambos y se enviaron vacas lecheras a faena. Se cerraron criaderos de pollos, con la consecuente pérdida de empleos en los pueblos del interior.".

Claro que la crisis láctea también pone en alerta a CRA y Chiesa advierte: "En lechería no pudimos sentarnos de manera oficial en una misma mesa todos los actores a negociar posiciones para que la cadena láctea deje de ser desigual. La falta de soluciones desespera a los productores tamberos en un contexto donde ya no es ninguna novedad el cierre constante de establecimientos por la nula rentabilidad. Las dificultades para encontrar rentabilidad se extienden a la Patagonia y también en las economías regionales de todo el país.

En el tema de semillas el mal funcionamiento del Instituto Nacional de Semillas (INASE) forma parte del problema y no de la solución. Es imposible encontrar un nuevo marco legal que dé seguridad a los productores y a las empresas semilleras si no existe la confianza en este organismo de control".

De esta manera las dos entidades dejan en claro que durante este año no todas fueron rosas para el agro y aunque la presidencia de Macri tuvo algunas protestas por parte del sector -el frutazo, la más contundente- muy lejos quedó la confrontación campo - Gobierno que fue moneda corriente durante el kirchnerismo. Claro que hay críticas y urgencia para que se resuelvan cuestiones básicas pero las cartas ya están echadas y sólo resta esperar el 2017.