El complejo sojero tendrá una caída en sus ingresos de USD575 millones debido a una baja en el nivel de calidad

En las últimas campañas se registró una merma en la calidad industrial del poroto, situación que obliga a la industria del sector a realizar grandes esfuerzos para cumplir con los estándares de comercialización internacional, que oscilan entre 47% y el 48% de proteína para la harina de soja.

Diario BAE
16 de Agosto de 2021

El complejo sojero tendrá una caída en sus ingresos de USD575 millones debido a una baja en el nivel de proteína de la oleaginosa correspondiente a la campaña 2020-2021, de acuerdo con estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). 

Esta situación se percibe en la caída constante de la calidad proteica de la harina de soja, que constituye el principal generador de dólares de la agroindustria. El número se conoce mientras las ventas de este grano registraron el tercer mes consecutivo con cifras en rojo y los precios internacionales mostraron una tendencia alcista tras el último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).

De la pérdida total estimada por la BCR, USD551 millones corresponden a menores ingresos por la caída de volumen de harina de soja y USD23,9 a mayores costos energéticos. En 2020, y de acuerdo con estimaciones privadas, el negocio de este subproducto generó una facturación de USD10.140 millones, con un volumen comercializado de 26 millones de toneladas. Para este año, y tomando como base un precio FOB de USD384 la tonelada, se esperaba que la harina facture USD10.560 millones. De cumplirse el pronóstico de la Bolsa rosarina, esta cifra bajará a USD9.985 millones.

En la previa a las elecciones de septiembre, empezó a consolidarse la caída en el volumen de ventas de soja de parte de los productores.

Según calcularon desde el sector privado, la industria pasó de comprar 700.000 toneladas de poroto en mayo a adquirir 340.000 en julio, una caída de casi 50%. Por su parte, las ventas de maíz con destino de grano comercial se mantienen firmes, al igual que la molienda de granos, sobre todo en el caso del girasol.

En paralelo a esta situación, el polo sojero con base en el puerto de Rosario enfrenta el problema de la bajante del río Paraná, que genera fuertes sobrecostos para completar la carga en los puertos bonaerenses de Quequén y de Bahía Blanca. Hasta el momento, el sector calculó que el conflicto representó un adicional de USD400 millones.

La entidad bursátil advirtió que en las últimas campañas se registró una merma en la calidad industrial del poroto de soja, situación que obliga a la industria del sector a realizar "grandes esfuerzos" para cumplir con los estándares de comercialización internacional, que oscilan entre 47% y el 48% de proteína para la harina de soja.

A partir de esta situación, las plantas industriales deben ajustar al máximo su operatividad para evitar el incumplimiento en los requisitos a la hora de exportar este subproducto. Los porotos de soja, así como también las harinas, se comercializan tomando como referencia parámetros de calidad base, con tolerancias de máximo y mínimo, que varían según el rubro. Ante este escenario, otro dato a tener en cuenta es que se mantendrán firmes las importaciones de soja desde Paraguay, mercadería que cuenta con un elevado nivel de proteína, ideal para la industrialización.

Para elevar el tenor proteico de este subproducto es necesario un proceso de secado del poroto. El costo adicional de esta operación es de USD0,71 por tonelada de soja, de los cuales USD0,43 corresponden a gas y los USD0,29 a energía eléctrica. De los 41,5 millones de toneladas que la BCR calculó que se destinarán a la industria, cerca de 38,5 millones se emplearán para obtener harina, que incluye al grano importado desde Paraguay.

Por Andres Lobato

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