Editorial

¿Alguien está pensando en el interior?

Ya pueden proyectarse pérdidas enormes para los pueblos de la Pampa Húmeda. Van a faltar muchos millones de dólares, lo cual los condena a una severa parálisis. En esta pelea están más solos que nunca.

Claudio Gianni
4 de Abril de 2023


Se ha escrito sobre la seca hasta el hartazgo. La padecieron los del campo y se enteraron los de la ciudad a través de artículos periodísticos de todo tipo y color. El comentario predominante refiere a los más de 20 mil millones de dólares que no ingresarán al país, con sus consecuencias demoledoras sobre las cuentas de un Estado que no sabe o no quiere regular sus gastos, que al fin y al cabo pagaremos con lágrimas de sangre todos los argentinos.

Pero nadie en la gran metrópoli -el gobierno menos que menos- está ponderando la magnitud de la crisis que ya viven las ciudades y pueblos de la no siempre imbatible Pampa Húmeda, esta vez menos húmeda que nunca de la mano de tres Niñas consecutivas.

La región está tapizada por localidades medianas y pequeñas, que mayormente viven del agro. No importa el rubro, los ingresos de sus habitantes están en gran medida atados a la capacidad de evolución del agroempresario y a los designios del clima, que esta vez jugaron intensamente en contra. Considerando las consecuencias de la seca más la voracidad fiscal, bien puede decirse que en el interior todo se ha paralizado, y se transita una economía de bolsillos muy apretados en las tierras más productivas del planeta.

Alguien se animó a poner en contexto lo que viven estos argentinos. Criador de Angus, Julián Tenaglia ensayó números que por ahora nadie está formulando. Ganadero de Máximo Paz, una localidad en el sur santafesino lindante con la provincia de Buenos Aires, Tenaglia le sacó punta al lápiz para delinear una cuenta que llenaría de preocupación al más pintado.

Puede caracterizarse como un pueblo típico de la región aquel que siembra 20.000 hectáreas dentro de su zona de influencia, y donde viven hasta 10.000 personas. Tenaglia calcula para este pueblo típico unos 2500 fletes a puerto que no se harán, y estima que a sus habitantes les faltarán ingresos por unos 21 millones de dólares este año.

Este dato lapidario tiene su explicación. Considerando una superficie sembrada de soja de 10 mil hectáreas, con un rinde promedio de 3.500 kg/ha en tiempos normales y 1.000 kg/ha esta campaña, van a faltar 2.500 kg/ha, es decir 25.000 toneladas que esta vez se han esfumado. Equivalen a 833 viajes de camión menos, y unos 9.500.000 dólares que no ingresaran al pueblo.

En el caso del maíz se repiten algunos conceptos. A él se destinan las otras 10 mil hectáreas, que suelen tener un rinde promedio de 8.000 kg por unidad de superficie y esta vez arrojaron apenas 3.000 kg/ha, es decir 5.000 kg/ha menos. Implica que no llegaran a los silos unas 50.000 toneladas de maíz. Significa asimismo 1.667 viajes de camión menos, y un agujero de 11.500.000 dólares, dinero que ya no va a fluir entre las manos de los habitantes de nuestro pueblo típico.

El balance indica que esta localidad representativa de la región, figura que se replica por cientos en la Pampa Húmeda, deberá sobrevivir esta vez con ingresos totalmente insuficientes para sus necesidades. Las consecuencias son fáciles de entrever.

Las cuentas pueden variar, los detalles pueden ser algo diferentes según la localidad considerada, pero no hay dudas que a todos estos pueblos les espera un año largo y muy difícil. Y privaciones de todo tipo y colar. Nada de piquetes de la abundancia o cualquier otra referencia zonza y carente de respeto. Saldrán adelante como lo han hecho otras veces, pero seguramente jamás olvidarán este 2023 en que están más solos que nunca. La política en general y los gobernantes en particular están entretenidos con otras cosas, que poco tienen que ver con los problemas de la gente. 

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