Recomendaciones para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos en el verano
El Senasa repasa las principales pautas a tener en cuenta en esta época donde el aumento de la temperatura ambiente favorece la proliferación de bacterias.
Durante la temporada estival, las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias que pueden generar enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) brinda recomendaciones.
Los principales síntomas que generan son trastornos gastrointestinales como dolor abdominal, diarreas, náuseas y vómitos, a veces acompañados de fiebre. También pueden presentarse síntomas neurológicos, ojos hinchados, dificultades renales y visión doble, entre otros.
La duración e intensidad de estos síntomas varía de acuerdo a la cantidad de bacterias o toxinas presentes en el alimento, a la cantidad consumida del alimento y al estado de salud general de la persona.
Algunas de las enfermedades más conocidas son botulismo, brucelosis caprina, salmonella, síndrome urémico hemolítico y triquinosis.
Las siguientes pautas generales para la prevención resultan adecuadas para prevenir estas y otras enfermedades transmitidas por alimentos:
Separar alimentos crudos de cocidos: Usar equipos y utensilios diferentes (cuchillos, tablas de cortar) para manipular alimentos crudos. Conservar alimentos crudos y cocidos en recipientes separados, para evitar la contaminación cruzada.
Conservar los alimentos a temperaturas seguras: No dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de 2 horas y enfriar lo más pronto posible los alimentos cocidos y perecederos. No descongelar alimentos a temperatura ambiente.
Cocinar completamente: Especialmente carnes rojas, pollos, pescados y huevos. Hervir sopas y guisos. Para carnes rojas cuidar que no queden partes rojas en su interior y en el caso de los pollos tener en cuenta que la mayor parte de la carne será pálida y solo la sección del hueso será rosada. Recalentar completamente la comida cocinada.
Usar agua y materias primas seguras: Debe ser agua de red o estar potabilizada antes de ser consumida. Lavar las frutas y verduras, especialmente si se van a consumir crudas, y antes de comprar un alimento, controlar que su envase posea la etiqueta rotulada con fecha de vencimiento y número de registro.
Mantener la limpieza: Lavarse las manos con jabón entre 40 y 60 segundos antes y durante la preparación de alimentos, y después de ir al baño. Lavar y desinfectar todas las superficies, equipos y utensilios.
Proteger alimentos y el área de la cocina de insectos, mascotas u otros animales.
En definitiva, para promover un consumo responsable e informado que permita resguardar la salud pública de las personas que ingieren agroalimentos argentinos en todo el mundo las funciones del Senasa cumplen un rol central.