Análisis económico de la campaña que viene

Números dulces

Por el despeje de trabas y quitas que durante años implicaron resignar renta y también por la mejora de precios internacionales, el maíz y la soja suman en positivo

Chacra
18 de Julio de 2016

Es evidente que el clima de negocios ha mejorado. Sin alcanzar las épocas doradas, las cuentas del agro son claramente otras. "Se podrían definir dos olas positivas: la primera fue generada por la quita de retenciones a los cereales y la reducción en soja, el sinceramiento cambiario y la liberación de los cupos de exportación, lo que permitió que los precios mejoraran en pesos –define el consultor Teo Zorraquín-. La soja disponible, por caso, pasó de $1.900 a $3.000. Y luego llegó este cisne negro que ha sido la suba de los precios internacionales, en principio por lo que ocurrió con la oleaginosa en la Argentina, a lo que luego se sumaron otros elementos. El alza en Chicago, siguiendo con el ejemplo de la soja, llevó aquello que había trepado a $ 3.000 a una nueva escala en torno de $ 4.000. Esto generó un amplio cambio de expectativas y hoy se respira otro aire. Y el primer síntoma que se ve es una alta presión sobre el valor de los alquileres de los campos; recordemos que el 70% de nuestra agricultura se hace sobre campo alquilado y en las últimas semanas los dueños han endurecido posiciones. Para colmo está todo el mundo buscando más campo, con lo cual hay una pequeña burbuja armándose según la zona considerada".

Tabla de posiciones

El ranking de resultados esperados ubica primero al maíz y segunda a la soja, si bien en algunos ambientes la pelea puede ser más pareja entre soja y girasol. El cereal sigue siendo más costoso en términos de implantación pero donde el ambiente es bueno le gana la partida a la soja. "Lo que vemos es un aumento de la superficie prevista originalmente, incluso con cultivos de segunda. El número de trigo o de cebada es mediocre pero mejora acompañándolo con una soja o un maíz inmediatamente detrás; el resultado se torna competitivo. Trigo y maíz van a volver a los planteos, además, por la necesidad de incorporar gramíneas dado que los números ya no son negativos. Si no lo hacemos ahora, ¿cuándo?", razona Zorraquín.

Frente a estas olas positivas que levantaron los precios se ubica como efecto colateral el hecho de tener que pagar un alquiler más caro. El tercer componente es el precio de los insumos. "Una herramienta clave –sobre todo para trigo y maíz- como el fertilizante, se ha abaratado y hoy muestra una de las mejores relaciones insumo/producto en muchos años -20 a 30% por debajo de lo que veníamos teniendo-. Es claramente un estímulo más, y el resto de las variables, salvo la semilla de maíz que se mantiene en un valor muy firme, se ubica dentro del promedio (no determina la renta). La simiente de maíz sigue cara, los semilleros difunden que va a escasear, nosotros creemos que no es así, más allá de que se están empezando a acabar los híbridos que la gente más busca, los de mejor potencial. El balance construye un maíz de un costo algo menor que el que teníamos, con un precio que hoy perfectamente podemos tomar a u$s 170. Lo mismo respecto de los u$s 280 en soja. En principio cierra".

El punto es que si la soja no hubiese pegado el salto muy probablemente el maíz iba a ganar por goleada el reparto de área. Ahora es una pelea mucho más pareja. Zorraquín estima que el cereal le va a quitar algo de superficie a la oleaginosa, a la ganadería y al girasol. "Y es probable que con estos precios la frontera agrícola empiece a moverse nuevamente hacia ambientes no tan buenos. Contra eso tenemos el temor que genera La Niña que, débil o no, hace ruido".

Mucho mejor

Para el técnico de la EEA INTA Marcos Juárez, Carlos Ghida Daza, la comparación de resultados es elocuente. Contrapone las cuentas para las dos primeras semanas de junio 2016 entre lo que se espera para la cosecha 2016/17 y lo que se tenía en noviembre de 2015, utilizando rendimientos medios del quinquenio en el sudeste de Córdoba con manejo modal en siembra directa. Estas cuentas pueden extrapolarse al resto de la Zona Núcleo.

Concluye que el importante incremento en los ingresos de la agricultura se debió a las significativas modificaciones de la política económica y sectorial en el período analizado. En este sentido, el doble efecto desde diciembre de 2015 de la flotación del tipo de cambio y la eliminación de retenciones en cereales y girasol y la baja del 5% en soja produjeron fuertes subas en los precios en chacra. Otro efecto que mejoró la demanda para exportación y consecuentemente fortaleció los precios fue la eliminación de los requisitos administrativos para exportar (ROE verde). En contraposición se produjo en el período también una suba de costos por la suba del tipo de cambio y la inflación interna que se refleja en incrementos de los costos directos entre el 35 y el 50% según cultivos. A pesar de esto, la suba de los ingresos fue mayor a la de costos con lo que los márgenes se incrementaron entre 117% (soja de primera) y 385% (maíz) para la presente campaña. En el medio el margen de trigo mejora 364% y el de girasol 338%.

Con los precios actuales se destaca la competitividad de maíz y, en segundo término el doble cultivo trigo/soja de segunda, dejando relegado al cultivo de soja de primera que hasta noviembre de 2015 era el más eficiente. La situación de cultivos complementarios para zonas de menor calidad (girasol y sorgo granífero) también muestra mejoras importantes. Cabe acotar que este panorama actual favorable para las gramíneas plantea un positivo escenario para las rotaciones y para la mejora de las sustentabilidad agronómica que se ve complementada con un adecuado resultado económico.

Ghida Daza aclara que esta situación es una "foto" del momento actual. En el período de cosecha (según Mercado a Término Buenos Aires) la situación no es tan favorable ya que se esperan precios menores, aproximadamente en u$s 25 para la tonelada en trigo y soja y en u$s 44 en maíz según la oferta que se estima al momento de elaborar este artículo. De todos modos, esos valores esperados son positivos ya que se mantienen en niveles superiores a los promedios históricos. Según los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el técnico del INTA determinó los precios esperados a cosecha en la primera quincena de junio. El valor del trigo para enero'17 utilizado en el análisis fue u$s 170,79, en tanto para maíz abril'17 se empleó u$s 173,11 y para soja mayo'17 el valor es u$s 278,62. Considerando un tipo de cambio de $ 14,1 por dólar para el período analizado se llega a $/tn 2.408,10, 2.440,80 y 3.928,50 respectivamente para los tres cultivos. Por hectárea, implican $4.137, $11.517 y $7.566 respectivamente ($ 4.562, $ 15.955 y $ 8.089 en la campaña 2015/16). Las cuentas han mejorado, y cuando eso ocurre el productor pone toda la carne en el asador. 

Más información en la edición impresa de Revista Chacra Julio 2016.

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