Devaluación

¿Cómo pega la devaluación?

La devaluación de la moneda moneda local quiebra las relaciones de precios entre insumos y productos. Las actividades con destino interno son las más perjudicadas. Los impactos de corto y largo plazo son distintos

20 de Febrero de 2014

La devaluación que sufrió el peso argentino genera impactos diversos según las actividades que realicen las empresas agropecuarias. Es fundamental para analizar el impacto de la depreciación del peso tener en cuenta distintas variables; cómo participan los costos en dólares y en pesos dentro de una empresa, es una de ellas. Al mismo tiempo hay que analizar cuál es el destino de la producción -mercado interno o externo- debido a que en función de esto variará el impacto en el precio del producto comercializado. Por otro lado, la devaluación impacta de manera diferente al analizar el corto y mediano plazo, dicho de otro modo, en el resultado de la campaña en curso y en la planificación de la futura. A continuación se detalla el por qué hay que prestar atención a cada una de las siguientes variables.

En primer lugar los costos: la proporción en dólares y pesos difieren de la actividad que se realice, incluso dentro de la misma actividad varía según el cultivo. En la agricultura, la participación de los costos en dólares es significativa, razón por la cual el incremento de los mismos genera un impacto negativo en las empresas. Tal como se puede observar en el siguiente gráfico, en todos los cultivos la participación de los costos en dólares supera el 50%. 

El cultivo de soja es el que presenta mayor impacto debido a que un 68% de los costos es en dólares, considerando en este caso una empresa modelo para el oeste de Buenos Aires. Para la cría o la invernada, vemos que la participación de los costos dolarizados son significativamente menores, rondando el 15% dependiendo de la tecnología con que se realicen las actividades.

A la hora de realizar estos gráficos, tenemos en cuenta los distintos costos que son necesarios incurrir para realizar estas actividades. Por el lado de la agricultura, los costos en dólares son: fertilizantes, agroquímicos, maquinaria y repuestos, semillas, arrendamientos, etc. Mientras que los costos en pesos son: las labores de siembras, aplicaciones, cosecha, gasoil, flete, etc

La ganadería tiene una mayor participación de los costos en pesos debido al impacto de los empleados y estructura, siendo los costos en dólares aquellos relacionados con las semillas de pasturas y forrajeros, fertilizantes, agroquímicos, etc.

La segunda variable importante que hay que tener en cuenta es el destino de la producción. Es decir, si la mercadería se destina al mercado interno o externo. Si esto se diera en partes iguales, el ingreso por lo que se destina a mercado externo mejorará debido a que ese mercado, independientemente del producto que sea, cotiza en dólares y eso se traduce en mayor capacidad de pago por parte de los exportadores. Por ejemplo un extremo positivo es la soja que se comercializa en dólares debido a que un alto porcentaje de la producción se destina al mercado internacional ya sea como poroto o como un derivado del mismo. La devaluación plantea en este producto un beneficio positivo (analizando solo ingresos). En el otro extremo se encuentra la ganadería, donde la participación de los ingresos favorecidos por la devaluación promedia el 2% dependiendo de la actividad ganadera que se realice. Por ejemplo, un criador vende terneros los cuales no se exportan, razón por la cual la devaluación no le genera ningún ingreso diferencial, mientras que un engordador de novillos de exportación se ve favorecido por esta alteración del tipo de cambio.

Otro ejemplo es el trigo: en este caso la participación de la exportación en la campaña actual es prácticamente nula (inferior al 10% de la producción). Es por esto que este producto cotiza en dólares pero como el destino final es el mercado interno la devaluación no favorece su precio.

Si analizamos tanto el incremento de los costos por la devaluación en conjunto con el beneficio que se logra por la venta de productos que cotizan en dólares, la depreciación del peso es más negativa que positiva debido a que es mayor lo que incrementan los costos y su impacto en las empresas que los beneficios por vender productos al mercado externo. Esto se debe a que las empresas no realizan solo soja (aunque la participación de este producto ha aumentado significativamente en los últimos años).

Por último, el otro aspecto que hay que considerar es la campaña para la cual analizamos el impacto de la devaluación.

Si iniciamos por la campaña en curso, ésta se inició con resultados proyectados muy ajustados: el trigo que se sembró se hizo con un resultado neutro o negativo, lo mismo que el maíz y la soja. La alternativa que el productor tuvo fue financiar la campaña con tarjetas de crédito fijando el tipo de cambio y aprovechando la continua tasa de devaluación que tenía el peso, de esta manera se licuaban los costos y mejoraba el resultado de las distintas actividades.

Al día de la fecha, los principales costos tanto para los cultivos de invierno como los de para la verano ya están incurridos. En la mayoría de los casos, esta financiación ya empieza a vencer y esto implica que hay que pagar. En este sentido, la abrupta devaluación del peso tiene un impacto positivo para la campaña en curso. Es decir, el productor requiere vender menos producto dolarizado (ej. Soja) para pagar la misma cantidad de pesos.

De cara a la próxima campaña, será vital para el empresario estar atento a la financiación tal como lo requirió la presente campaña. De todos modos, la campaña 2014/15 presenta una gran diferencia respecto a la actual, y eso se debe a que las formas de financiación serán diferentes. Todo indica que las condiciones serán mediante financiaciones en dólares, o en pesos a mayores tasas y sin días libres, contra productos, etc. Esto implica que el productor tendrá que tener la cintura para poder analizar la variabilidad de alternativas financieras que hayan disponibles desde ahora a momentos previos al inicio de la campaña.

En conclusión, el productor tiene un beneficio parcial a corto plazo debido a que la devaluación ocurrió en un momento en que la mayoría de los costos en dólares ya estaban incurridos. ¿Por qué parcial? porque este hecho no impacta positivamente en el ingreso de todos los productos como hemos visto. Por el contrario, a largo plazo el impacto es diferente porque la devaluación pega de lleno a todos los insumos dolarizados aumentando de esta manera los costos de producción, y la inversión necesaria para producir una hectárea dependerá de cada actividad la ecuación final.

Por Nicolás Udaquiola 

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