El Estado y los subsidios al agro que no son tales
Se les devolverá una parte de lo que aportan a pequeños productores, "buscando aumentar la superficie cultivada", según se declama. Es nada al lado del área que podría sumarse eliminando retenciones y/o la distorsión cambiaria.
Se les devolverá una parte de lo que aportan a pequeños productores, "buscando aumentar la superficie cultivada", según se declama. Es nada al lado del área que podría sumarse eliminando retenciones y/o la distorsión cambiaria.
La noticia dice que el gobierno se apresta a poner en marcha un plan por el cual cubrirá alrededor del 40% de la inversión equivalente a la siembra de hasta 400 hectáreas de soja y 100 de maíz, apuntando a pequeños productores que habían vendido su soja cuando se lanzó la movida para cobrar $200 por cada dólar para el poroto negociado, en septiembre pasado. Desde ya lo hará con plata que el Estado obtiene de los propios hombres de campo, de un modo u otro. Quizás por esta razón deberían evitarse términos como "ayuda" o "subsidio".
De acuerdo con las palabras del propio ministro de Economía, "la medida nos va a permitir aumentar la superficie incluso hasta en 1 millón de hectáreas adicionales para el año que viene".
Como cada normativa que intenta dirigir el rumbo de la actividad privada, deja mucha tela para cortar. En principio, no se escuchan demasiadas voces de aprobación por parte de los hombres de campo. "¿Beneficios al productor? El campo es el que beneficia al país aportando el 70% de las divisas. Este año el Estado se queda con toda nuestra rentabilidad. Unifiquen el tipo de cambio y ahórrense la limosna", se enojaba una ganadera de Tandil. Varios documentos recorren las redes con expresiones similares. "El productor recibirá una suma mucho menor que aquella que le ?entrega' al Estado en virtud de los derechos de exportación y la brecha cambiaria; esto es lo que hay que solucionar", se quejaba un agricultor del oeste bonaerense.
La contradicción está pero el gobierno parece no detectarla, o lo disimula muy bien. "Estamos yendo a un modelo para que los agricultores puedan ampliar su capacidad productiva", se dijo en el acto de presentación de esta medida. "Cuanto mayor capacidad de producción tenga el sector agropecuario mayor capacidad de exportación tendrá la Argentina". Precisamente la capacidad productiva del productor y la capacidad de exportación del país están dañadas por la presión tributaria del gobierno del cual forma parte el ministro que efectuara estos comentarios, que por cierto no ha sido el único en caer en este error.
Quizás la frase más inquietante se escuchó poco después. "Esta tarea nos obliga a sentarnos a la mesa y a ponernos de acuerdo para darle garantía de seguridad alimentaria a nuestra población a precios accesibles", porque es la carta de presentación del intervencionismo.
Hasta la idea de aumentar la superficie sembrada mediante este mecanismo es cuestionable. Por cierto, hace ya unos meses que un trabajo de la Fundación Producir Conservando puso de relieve el beneficio para todos -incluido el Estado- que generaría la eliminación de las mal llamadas retenciones. Los técnicos de la entidad proyectaron cual podría ser el área sembrada, la producción global, los ingresos por exportaciones y el valor bruto de la producción sin la existencia de estos DEX.
Tomando la nueva proyección al 2029/2030 y asumiendo una mejora de los precios obtenidos por la no aplicación de los DEX, la superficie sembrada pasa de 37 millones a 42,5 millones de hectáreas, y la producción crece algo más de 35 millones de toneladas comparada con la campaña 2021/2022. Una segunda hipótesis considera un mayor crecimiento del área sembrada de soja según las tendencias proyectadas a 2029, y marca un aumento de la superficie total a 45 millones de hectáreas y una producción global que crece a 173,7 millones de toneladas frente a los 130 millones de la última campaña. Un dato importante es que al mismo tiempo aumenta el área de maíz y trigo, por lo que la relación de cereales y oleaginosos sobre el total sembrado se mantiene en 45% y 55% respectivamente en los dos casos.
Si tomamos los valores FOB promedio de las exportaciones 2021/22 (u$s 470) como referencia de precios posibles de obtener en próximas campañas, el ingreso adicional por exportaciones se incrementaría respecto de la temporada aludida en 13,8 mil millones de dólares en la primera opción. Para el caso de ocurrir la segunda hipótesis comentada, los valores llegan a 18,7 mil millones de ingresos adicionales por exportaciones.
Utilizando los precios de la campaña 2020/2021, el valor bruto de la producción pasaría de 55 mil millones a 73 mil millones de dólares.
Se discutirá si hay que hacerlo en un solo movimiento o recurrir a un proceso gradual, pero los números eximen de mayores comentarios. La parte positiva es que Massa parece haber entendido que no tiene sentido ir contra el campo y que se necesita aumentar la superficie cultivada y los ingresos que genera el gran tubo de oxígeno de la economía argentina, pero la sensación es que sigue condicionado por la ideología imperante en una parte del gobierno. Y termina quedándose a mitad de camino, como los avances de su gestión.