Vitivinicultura

El consumo de vino cayó casi 10% el último año

Cambia la tendencia de consumo de bebidas alcohólicas, en un contexto de menor demanda.

El Economista
9 de Enero de 2017

 El consumo de vino tinto se contrajo cerca del 10% en nuestro país en comparación al año 2015, una tendencia que ya se viene observando desde 2005 pero que se profundizó en 2016 debido a la inflación y la caída del poder adquisitivo de los consumidores. Mientras hace una década el promedio de consumo por persona y por año llegaba a los 30 litros, en la actualidad ese volumen descendió a algo más de 20 litros.

Un informe de la agencia Télam, destaca que la retracción en el consumo de vino tinto fue más de cuatro veces la que se registró en la demanda de cerveza, que tuvo un retroceso de apenas el 2% respecto del año anterior. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, la venta de vino tinto en el mercado interno fue 9,4% menor entre enero y noviembre de 2016, en comparación del mismo período de 2015.

Esta caída en las ventas también se observa a nivel de producción, ya que la cosecha de 1.703 millones de kilos de uvas el año pasado está bien lejos del promedio de 2.500 millones que arrojan las buenas temporadas. Así, mientras en 2015 se elaboraron 1.029 millones de litros, en 2016 ese volumen alcanzó casi 945 millones de litros.

Rentabilidad Un aspecto crucial en el desarrollo del negocio vitivinícola en 2016 fue el impacto de la inflación, que como en otros sectores afecta más a los pequeños productores. Así, la inflación impactó fuerte sobre los productores que elaboran vino genérico (tetrabrik), que suele ser consumido por la franja social de menores ingresos. La rentabilidad del vino tinto común fue 41% menor en noviembre de 2016 comparada con el mismo mes de 2015, de acuerdo a datos de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) pero los consumidores pagaron hasta 125% más por un litro de vino en tetrabrik.

En este contexto, las grandes empresas, como es lógico pueden absorber más fácilmente las dificultades.

En cambio, los productores más pequeños tienen menos espaldas y no pueden invertir en maquinarias, pesticidas ni vides.

Como resultado, se descapitalizan y cae su producción. El informe de Télam adelanta que "los emprendimientos chicos apenas llegan a ser sustentables".

Según Acovi en 2013 el 10% de los productores primarios de Mendoza con mayores ingresos capturaron el 53% de las ganancias totales de venta de uva, mientras que el eslabón más débil sólo participó con el 0,3% de las operaciones.

Etiquetas: