Clima

La Pampa, víctima de las inclemencias del tiempo

El fuego y las inundaciones en esa provincia generaron pérdidas agrícolas y de bienes materiales; cómo afecta esta realidad al mercado inmobiliario rural.

La Nación
10 de Abril de 2017

 La Pampa es una de las provincias argentinas que en los últimos tiempos está siendo castigada más fuertemente por las cuestiones climáticas, tormentas eléctricas -a las que jamás le sucedieron las lluvias-y una de las inundaciones más importantes de las que se tenga registro están afectando, de dispar manera, a casi 1,7 millones de hectáreas.

"Nuestra provincia nunca ha estado en estas condiciones, más de medio millón de hectáreas -las pertenecientes a los campos más caros- bajo el agua y poco más de 1,2 hectáreas, las cuales se ubican en la zona sur, quemadas por implacables tormentas eléctricas", comenta Carlos Aimar, titular de la firma de propiedades rurales Aimar Campos.

Todo esto se ti aduce en un escenario poco alentador. Hubo muertes de animales, deterioro de alambrados, corrales, molinos, mangas, divisiones y hasta pérdidas de maquinarias que en muchos casos sin dudas demandarán gran esfuerzo su reposición. "En la llanura pampeana se consumieron miles de hectáreas de pasturas y bosques debido a nuevos focos de incendios forestales. Un 10 por ciento de la superficie del territorio se calcinó", explica Daniela Fernández, coordinadora de Negocios de Serinco, consultora especializada en tasaciones.

Y agrega: "El factor más relevante fue la acumulación de pastizal en un transcurso de tres años consecutivos con lluvias superiores a lo convencional (450 mm por año).

A ello se le sumó la última primavera que trajo aún más sequías. El territorio (colmado de follaje seco) no soportó las tormentas con fuerte carga eléctrica (entre fines de diciembre y principios de enero se registraron más de 1000 rayos) y se crearon numerosos focos rápidamente, imposibles de controlar, que se tradujo en una gran cantidad de campos quemados".

Pero esto no es lo que más preocupa a Aimar, un conocedor de la zona. "La cotización de este territorio que oscila entre los 200 y los 300dólares la hectárea no se vio afectada por este lamentable suceso dado que ya en la próxima primavera -y si las lluvias no fallan estará listo para volver a producir.

Particularmente lo que más me preocupa son los campos inundados, estos terrenos sí se encuentran en una situación mucho más compleja en la que resulta complicado poder aventurar el momento de la posible solución -en la zona que actualmente está bajo el agua la cotización de la hectárea habitualmente se encuentra entre los 3500 y 7000 dólares-", dijo Aimar.

La unidad de negocios más común en la zona son los campos de 5000 hectáreas en promedio con 500/600 vacas (y se calculan unos 70.000 animales afectados). "Pollo tanto, luego de los acontecimientos la rentabilidad de estos campos disminuye cuantiosamente y los productores quedan en estado de emergencia total. Por otra parte, el suelo también es una de las problemáticas más graves siendo el principal instrumento para la producción agrícola ganadera de la zona.

Mencionando algunas características técnicas, la densidad del terreno se reduce y la vegetación del área se vulnera considerablemente. A su vez, el calor del fuego ataca a los nutrientes y elimina a los organismos que ayudan a descomponer la materia.

Por consiguiente, se transforma en un suelo infértil. Peor aún, al sufrir estas modificaciones. El suelo produce la liberación de determinados químicos que aumentan la conductividad eléctrica. Un escenario como mínimo complicado", concluye Fernández.

En la provincia hay más de 1,7 millones de hectáreas afectadas.

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