Soja: ya se descarta el buen ambiente de los últimos años
En las 3 campañas anteriores se vivió un escenario de alta productividad, pero la sequía de los últimos meses cambió la perspectiva.
A punto de culminar la siembra de soja en la Argentina, en un área estimada de entre 18 y 18,5 millones de hectáreas, los pronósticos agronómicos empiezan a evaluarse en tiempo presente.
Si bien puede decirse que ya hay rindes que se verán resentidos, es prematuro efectuar una estimación, aunque se descartan los escenarios de alta productividad. El cultivo contó con esta ventaja en las últimas tres campañas. Tras 10 meses de excesos pluviales en el 2017, parecía volver a imponerse un escenario holgado para el cultivo. Pero las condiciones de desecamiento han sido tan graves que se vuelve a trabajar con rindes históricos para la producción de soja 2017/18, lo que arroja un número proyectado de producción de 52 millones de toneladas.
Alrededor de un millón de hectáreas aún están en riesgo debido a las condiciones de escasa humedad para efectuar las labores como requiere el cultivo.
Los retrasos y la severa falta de agua que han sufrido las provincias de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, La Pampa y el área del NEA han llevado a recortar el anterior guarismo de siembra en 300 mil ha. De todas maneras, queda aún un 5% de ha amenazadas de no poder concluir las labores en tiempo y forma con éxito. Hay muchas expectativas puestas en los pronósticos que de lluvias para los próximos días. Estas nuevas siembras estarán también muy sujetas a la cantidad de milímetros, ya que por el grado de desecamiento alcanzado, no en todos los lotes está la posibilidad de lograr la emergencia y el establecimiento de las plántulas.
La condición de la soja en nuestro país va de buena a mala, como en muchas zonas del centro de Buenos Aires. El estrés hídrico de diciembre ha frenado el crecimiento, produciendo aborto de flores, quemado de hojas y ha alcanzado a producir muerte de plántulas en las áreas más afectadas, provocando el abandono de cuadros. Es alta la preocupación por lo que puede pasar en las próximas semanas. De darse un importante cambio pluvial durante los próximos dos meses sería posible alcanzar mejores productividades y revertir el sombrío panorama que hoy se cierne.
