El precio promedio del novillo se ubicó ayer, por primera vez en lo que va del año, en $ 25 el kilo en el Mercado de Liniers. Esto que es un noticia positiva para la recuperación de la ganadería da lugar a nuevas especulaciones por parte del supermercadismo y el comercio minorista que podrían subir el precio en góndola.

Aunque según los especialistas este tipo de subas en el ganador en pie no deberían reflejarse de manera directa en el bolsillo del consumidor, esta suba en Liniers podría dar lugar a "nuevas tensiones en la cadena comercial y en la opinión pública" según advirtió el analista del sector, Miguel Gorelik. El ex directivo de Quickfood hizo referencia en el diario El Cronista Comercial al efecto del eventual sostenimiento de la cotización de la hacienda y de "hipotéticos nuevos incrementos en las próximas semanas". 

El eventual impacto se basa en que los valores de venta al público aún arrastran "atrasos en el orden del 10%, frente al precio de la hacienda" dijo el especialista. Tras los aumentos semanales en Liniers, los precios están "altos" frente a lo que sucedía dos meses atrás explica Gorelik en un informe publicado en el sitio Valor Carne.

Según este mismo análisis el actual escenario "crearía una nueva fuente de conflictos con la opinión pública y el gobierno". Y considera "deseable que, en esta oportunidad, aspectos como la estacionalidad propia del ciclo ganadero y la gran competencia del mercado, se comuniquen mejor que en diciembre y enero últimos". Las góndolas hablarán por sí solas en estos días, víspera de Semana Santa.