Evaluación de la última campaña de invierno

Números elocuentes sobre el aumento de tecnología agrícola aplicada

Informe técnico de Juan Martín Brihet y Sofía Gayo, analistas agrícolas del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Chacra
4 de Junio de 2017

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires presentó su Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTTA) sobre la campaña fina 2016/2017. El informe, (cuyos gráficos principales se reflejan en revista Chacra de mayo 2017), fue elaborado por el Departamento de Investigación y Prospectiva Tecnológica, y descripto por Juan Brihet y Sofia Gayo, quienes ponderaron la mejora en trigo y cebada y alentaron seguir este camino en los demás cultivos.

La adopción de niveles tecnológicos en Argentina mostró un quiebre de tendencia en los niveles alto (evolucionó en las anteriores tres campañas de 38, 28 a 17%, para volver en la última a niveles de 35%) y bajo (había sido de 24% en 2010-2011 y saltó de 35 a 45%, pero en esta campaña descendió a 19%). El nivel medio creció a 46%. La cebada también mostró un cambio en la tendencia de los tres niveles; fue similar a la campaña 12/13 ("boom" de la cebada). Con todo, cada región tuvo una respuesta diferencial, con magnitudes particulares según el contexto local. Se evidenciaron las distintas estrategias por zona, destacándose la aparición de niveles altos de nitrógeno, especialmente en la región núcleo norte y sudeste bonaerense; el nivel medio subió en NOA, NEA, núcleo sur y SO BA-Sur LP. 

El manejo de siembra arrojó como resultado que el promedio de densidad en Argentina es de 108 kg de semillas de trigo por hectárea (similar a las campañas anteriores) y de 117 Kg sem/ha en cebada. Respecto de los períodos de madurez elegidos por los productores, el uso de ciclos en trigo se dividió entre los que buscaron rendimiento y los que ajustaron por atraso en la fecha de siembra. Se percibe una preeminencia de los ciclos intermedios. 

La adopción de Siembra Directa bajó en cebada y aumentó levemente en trigo: el factor negativo principal fueron los excesos hídricos. La menor SD en el sur de Buenos Aires tracciona en la cebada, pero las regiones del centro y norte del país evitan la caída nacional en trigo.

Sanidad y fertilización

En cuanto al manejo sanitario, la aplicación de herbicidas en cebada expuso una menor área sembrada y menor volumen aplicado, con una caída más que proporcional. Se destaca también una disminución en las dosis medias de herbicidas representativos: por mejor planificación y mayor eficiencia de productos. En las principales regiones trigueras el glifosato común prácticamente fue reemplazado por el concentrado. El glifosato concentrado disminuyó la dosis aplicada por hectárea. 

La aplicación de fungicidas demostró que el cuidado sanitario mejoró en muchas regiones representativas para ambos cultivos, por mayor aplicación de mezclas dobles y triples, de forma preventiva mayormente en cebada. 

También aumentaron las dosis de fertilización: por más nitrógeno en ambos cultivos, principalmente en trigo apuntando a la calidad. Creció asimismo la dosis de fósforo, 8% en trigo  y más todavía en cebada (16%), apuntando a cultivo sucesor de soja de segunda.

Además, el mayor porcentaje de muestreo de suelos evidencia más planificación e inversión por hectárea, con un claro liderazgo del sur bonaerenses.

(Más información en revista Chacra de mayo)

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